¿Qué es “El Areópago?
Dentro del ágora pública en la antigua Atenas en Grecia, había un lugar singular, la “Colina de Ares”, un lugar en el que el monte se alzaba unos 115 metros y que daba lugar a un espacio amplio y singular donde según cuentan las tradiciones griegas el dios Ares fue juzgado por haber matado a un hijo díscolo de Poseidón.
Ese lugar fue para los griegos el lugar donde se reunía el consejo para, desde su visión peculiar del mundo, juzgar, orientar, hablar y valorar lo que estaba sucediendo para tomar decisiones. Básicamente su función era la de “controlar a los magistrados, interpretar las leyes, juzgar a los homicidas y resolver los conflictos entre los ciudadanos y el Estado” (cf. Wikipedia).
Con ese espíritu de discernimiento y búsqueda de la verdad, con la mirada no de un gran magistrado, sino de un “profe de Reli” de Secundaria, nace esta aportación llamada “El Areópago”, para analizar, profundizar y sobre todo aportar ideas que permitan que las clases de Religión sean permeables a la realidad que vivimos.
En este espacio podremos acercarnos a una noticia, a una canción, a un vídeo, a una serie o a una película para interrogarnos juntos cómo podemos conectarla con el currículum de Religión Católica y así asegurarnos de que la vida toca nuestras aulas.
Al igual que Pablo fue conducido al Areópago en Atenas cuando tuvo que dar razones de su fe delante de los magistrados y fue capaz de hablar con el corazón al corazón de los atenienses, porque había comprendido su vida paseando entre ellos, este espacio pretende hacernos conscientes de que ese “Dios desconocido” está presente en los actos cotidianos de nuestros alumnos.
Pablo y Bernabé intentaron hablar con los atenienses, pero antes habían pasado tiempo entre ellos, conociéndolos: “Pablo se puso en pie en medio del Areópago y habló así: Atenienses, observo que sois en extremo religiosos. Pues paseando y observando vuestros lugares de culto, descubrí un altar con esta inscripción: ‘AL DIOS DESCONOCIDO’. Pues bien, al que veneráis sin conocerlo yo os lo anuncio.” (Hch 17, 22-23).
Solamente desde el conocimiento de la realidad, dejando que entre en el aula, podremos “examinarlo todo y quedarnos con lo bueno” (1Tes 5, 21). Solamente “amando lo que los alumnos aman, ellos amarán lo que nosotros amamos”, que diría San Juan Bosco.
Este es el objetivo del viaje que comienza esta sección, seguro que no te deja indiferente. Vente al Areópago que comienza la aventura de relacionar la vida con la clase de Religión… ¿Te apuntas?