La libertad es innegociable
Entrevista a Juan Carlos López Hernández, delegado diocesano de Zamora, y uno de los integrantes e impulsores de "ReliEsMás". Plataforma que nace en defensa de la asignatura de religión ante la falta de diálogo en la elaboración de la LOMLOE.
El día 15 de octubre el papa Francisco nos invitaba a un «pacto educativo global» marcando siete líneas fundamentales que tocan el corazón de la escuela y de cualquier sistema educativo. La asignatura de religión no se puede quedar al margen de esa llamada, porque es parte de lo académico y de lo educativo. Partiendo de lo anterior y ante la nueva Ley educativa, LOMLOE, hace unas semanas la Conferencia Episcopal Española mostró su voluntad de diálogo con el Gobierno. Presentó una propuesta novedosa, de consenso y que le daría normalidad a una asignatura que en España ha vivido en la incertidumbre durante todos estos años, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de países de Europa.
Frente a la voluntad de diálogo y consenso, se sitúa un Gobierno conformado por PSOE y UP, que parece no tener voluntad de diálogo. Como ejemplos de lo anterior, la rapidez en la tramitación parlamentaria y la exclusión de la comunidad educativa en el debate. Como respuesta a esta falta de diálogo, se han creado plataformas como «iniciativas de encuentro», cuyo objetivo es «dar voz social a cuantos consideran que la enseñanza de la religión suma». Una de esas plataformas es #ReliEsMas de la que forman parte más de 50 delegaciones diocesanas de enseñanza. Hablamos con uno de los integrantes de esta plataforma, Juan Carlos López, delegado diocesano de enseñanza de Zamora y coordinador de los delegados de Castilla y León.
¿Cómo valoras la asignatura de Religión en la LOMLOE (tal como está en estos momentos)?
A día de hoy la enseñanza de religión se ha convertido en un problema. Quizá ese sea el mayor logro de sus detractores. Han insistido tanto en vaciarla de su contenido real para travestirla a base de mensajes burdos y simplistas que cuesta entender en su amplitud su significado académico, como por cierto sí ocurre en el resto de Europa. Que la LOMLOE de la ministra Celaá insista en arrinconar la asignatura de religión para provocar su muerte por inanición es más propio de perversos estrategas ideologizados que de servidores del bien común. Porque varios millones de alumnos han manifestado positivamente que esta disciplina les aporta en su proceso formativo. Y detrás de ellos están los padres, verdaderos garantes de la educación de sus hijos. Por todo lo anterior no se entiende que la LOMLOE siga condenando a la enseñanza de las religiones a enfrentarla a la nada, es decir a eliminar su asignatura espejo o alternativa. Tampoco parece decente (por no decir que es absolutamente indecente) que se hable de la no computabilidad de su nota, es decir que el 5 valga lo mismo que el 10 en su evaluación académica. Es sabido por todos que la ministra Celaá le da poca importancia a estos de los suspensos, pero anular incluso los aprobados parece un suicidio pedagógico.
¿Cómo valoras la propuesta que la Conferencia Episcopal Española ha elevado al Ministerio de Educación?
Se difundió hace unas semanas una propuesta novedosa de la Conferencia Episcopal Española. Si bien debe ser más explicitada por su parte, parecía mostrar la buena voluntad de los obispos para el diálogo, pero conocido por todos es que dos no riñen si uno no quiere. Tampoco hablan si uno lo evita. Y así andamos. Parece que el núcleo de la propuesta fue el de reconocer la necesidad de una formación integral que contemplara todas las dimensiones fundamentales de la vida para la educación del alumno. La CEE planteó la posibilidad de que el Ministerio estableciese los estándares y, a partir de ahí, que todos los alumnos fuesen adquiriéndolos desde sus respectivas cosmovisiones, entre las que evidentemente está la católica. Una propuesta que integraba el conocimiento de la religión confesional en un ámbito que estaría formado también por disciplinas como la ética. Una propuesta en definitiva de consenso y que le daría normalidad a lo que en el resto del mundo está perfectamente asumido, a saber: el conocimiento de la religión como herramienta para la construcción de la persona y del bien común. El Ministerio en su hondo saber habrá descubierto las oscuras intenciones de la propuesta y por eso la respuesta ha sido el silencio.
¿Tienes esperanzas de que se logre un diálogo entre el Gobierno y la CEE?
Esta pregunta es muy profunda y comprometida. Los que junto a la fe y la caridad entendemos la esperanza como virtud teologal no podemos nunca desesperar, al menos teóricamente. No obstante, después de dos décadas dedicado a la docencia y tras sufrir el descalabro de unos y otros gobiernos, la previsión no es favorable al éxito del diálogo. Primero porque no existe. A las pruebas me remito: la celeridad en la tramitación parlamentaria, la falta de escucha a la comunidad educativa, a los agentes sociales y a la sociedad civil dibujan un estilo de gobierno sordo, ideologizado y egocéntrico. El milagro, no obstante, siempre puede llamar a la puerta…
¿Qué soluciones verías en caso de que CEE y Gobierno no lleguen a un acuerdo?
Hace unos días escribí un tweet en el que ponía algo así como que «La libertad es innegociable, si no es la razón la que nos ayuda a blindarla, serán los tribunales». Pues eso. Por desgracia la pandemia ha asolado con la ya escasa e inoperante sociedad civil. No existen cuerpos intermedios capaces de frenar lo que a todas luces es un exceso del ejecutivo. No queda otra que seguir reivindicando la bondad de la enseñanza de la religión y hacer un esfuerzo de creatividad para reconvertirla en un área que demuestra en el día a día su capacidad educadora. No cabe duda de que en este momento la pasividad es la mejor aliada de la señora Celaá. Si estas medidas no consiguieran el efecto que perseguimos, serían los tribunales los que dirimirían la cuestión. Porque en un estado de derecho los pactos se firman para cumplirlos. Serán los padres los más interesados en movilizarse para exigir un modelo de escuela respetuoso e integrador, pero también profesores, asociaciones, sindicatos y movimientos de todo tipo y condición. Judicializar la educación es un error, pero también abre un camino para quienes se sienten agraviados y como ciudadanos de pleno derecho apelan a los tribunales para que se defiendan sus intereses.
¿En qué sentido se está organizando la campaña a favor de la asignatura de religión? #reliEsmas
#ReliEsMas se ha consolidado en los últimos meses como una iniciativa de encuentro, promovida por buena parte de las delegaciones diocesanas de enseñanza de España, cuyo objetivo es dar voz social a cuantos consideran que la enseñanza de religión suma y contribuye a convertir la educación en un tesoro. Surgió de unos pocos delegados que han ido arrastrando a la gran mayoría de las diócesis y que hemos descubierto el potencial de las redes sociales para generar opinión y promover la rebelión por las formas y el fondo de la LOMLOE. La pandemia nos encierra, pero las redes nos dan la posibilidad de reivindicar en el espacio digital que la enseñanza de la religión es un plus formativo imprescindible. Decirlo en unos pocos caracteres el día 12 de noviembre es nuestro proyecto inmediato. Twitter es nuestra red. Ya hemos conseguido entrar en el Trending Topic varias veces. Y esto es importante. Porque somos capaces de hacer llegar un mensaje propositivo en la línea del Pacto Educativo Global al que nos llama el papa Francisco. Porque nos damos cuenta de que somos muchos más de los que creemos. En nuestro entorno hay profesores, padres, movimientos, instituciones que valoran y creen que nuestra marca resume perfectamente un modelo educativo construido en libertad y para la libertad. Es tiempo de dar un paso adelante, aunque sea desde el sofá de casa. En pocos días sacaremos nuestro nuevo # para decirle a Celaá que si no dialoga ni pacta será una ministra amortizada. Nuestro tono es siempre propositivo, lo hemos manifestado en todo momento y ha llegado de nuevo la oportunidad de manifestarlo.