Contenidos de la ERE en Suiza
Según la Constitución, los 26 cantones tienen la competencia de gestionar su sistema educativo; de ahí que no exista un programa único de religión. El pluralismo ligüístico y confesional acentúa aún más la fragmentación.
En el pasado, los cantones de lengua alemana, de mayoría protestante, enseñaban en su mayoría Historia Bíblica, pero, recientemente, han introducido materias como Religión y Cultura (Zúrich), Ética y Religiones (Argovia, Lucerna, Los Grisones y otros cantones) y Religión-Hombre-Ética (Berna). En los cantones francófonos, de confesión mixta, la tendencia era seguir el modelo separatista francés, que no preveía enseñanza religiosa alguna, pero, últimamente, el surgimiento de la diversidad religiosa ha obligado a las autoridades cantonales a proyectar materias como Enseñanza de los Grandes Textos (Ginebra) y Enseñanza de las Culturas Religiosas y Humanistas (Neuchâtel y otros cantones). En la Suiza italiana, con el aumento de las peticiones de dispensa de los cursos confesionales, las enseñanzas facultativas tradicionales de religión católica y protestante han sido reemplazadas por cursos de Historia de las Religiones (Tesino).
Una clasificación de estos cursos resulta imposible: cada uno es un caso en sí mismo. Una cierta afinidad de objetivos y competencias puede verse transversalmente de un caso a otro, pero, sobre los contenidos, cada cantón privilegia su punto de vista preferencial. Teniendo presente que se trata de cursos curriculares obligatorios para Primaria y Secundaria, en el conjunto de los programas se pueden observar tendencias comunes.
Ante todo, un evidente deslizamiento del tradicional carácter monoconfesional a un enfoque multirreligioso. En Zúrich, por ejemplo, después de la acostumbrada Historia Bíblica en Primaria, se organizaba en Secundaria una enseñanza interconfesional en colaboración entre las Iglesias evangélicas reformadas y la Iglesia católica. Pero la solución practicada a fines del siglo pasado demostró ser insuficiente por la necesidad de incluir nuevas confesiones, y, en el año 2000, se aprobó Religión y Cultura, con un amplio consenso de las comunidades evangélica, católica, musulmana, judía, budista e hinduista. El proyecto, definido después como programa curricular insertado en la enseñanza obligatoria de cultura general de Secundaria y sin facultad de dispensa, fue aplicado ad experimentum entre 2007 y 2011 e introducido en el curso 2011/12. Se trata de una enseñanza neutral, respetuosa de la libertad de conciencia y de religión del alumno y de la libertad de educación de los padres. Tres son las líneas directrices del programa: conocimiento histórico de las grandes religiones (cristianismo, judaísmo, islam, hinduismo, budismo), sin excluir las visiones no religiosas; adquisición de competencias sociales e interculturales específicas, cada vez más necesarias para vivir en pluralismo cultural y religioso; búsqueda de respuesta a interrogantes existenciales.
Una segunda tendencia fuerte es la eticización de la cultura religiosa escolar. La educación ético-moral-axiológica se coloca en el centro. La dimensión antropológica del problema religioso toma la delantera respecto de la dimensión teológico-doctrinal. Muchos proyectos de reforma escolar confieren al Estado la gestión de la ERE: los contenidos de la materia y la formación de los docentes están en manos de las autoridades públicas. No importa una enseñanza-aprendizaje “sobre las religiones”, sino un enfoque operativo “a partir de las religiones”: ¿qué podemos aprender de las religiones en cuanto a valores útiles para la vida actual? A este respecto, resulta ejemplar el modelo de Los Grisones: Ciencia de las Religiones y Ética. A este curso se agrega uno confesional pero facultativo impartido por las Iglesias. El objetivo prioritario de la materia ética es doble: la promoción de la competencia intercultural en relación con las tradiciones religiosas y las filosofías no religiosas; y la capacidad de juzgar y de actuar según los principios definidos por las grandes tablas de los valores tradicionales y contemporáneos.
Una tercera tendencia es la de enriquecer los programas de algunas materias curriculares con contenidos religiosos más sustanciosos. Es el caso de Neuchâtel, que, desde 2003/04, ha introducido la Enseñanza de las Culturas Religiosas y Humanistas en el programa de Historia. Como es obvio, el docente a cargo es el titular de Historia. Este es también el caso del cantón del Jura, donde la escuela desarrolla importantes momentos de la historia del cristianismo dentro del programa de Historia y Geografía en Secundaria, mientras que, en Primaria, se ha introducido una Historia de las Religiones de carácter elemental. Singular es el caso del cantón de Ginebra, que ha elegido introducir la Enseñanza de los Grandes Textos como prolongación del programa de Historia, Geografía y Educación a la Ciudadanía. ¿Qué textos? Textos bíblicos (Génesis, Decálogo) y de las culturas antiguas (Hamurabi, Libro de los Muertos, Homero, Heródoto); textos orientales de la India budista, de culturas centroamericanas y del Corán; textos de autores modernos reconocidos (Erasmo, Lutero, Calvino, Las Casas, Montesquieu, Rousseau) y de autores contemporáneos (Mann, Luther King, Gandhi, Mandela, Primo Levi); y, naturalmente, textos normativos de los derechos humanos internacionales y de las legislaciones democráticas nacionales.
¿Qué podemos aprender de las religiones
en cuanto a valores útiles para la vida actual?
No faltan, sin embargo, algunos casos de permanente colaboración entre comunidades religiosas y autoridades públicas. Friburgo prevé que “las religiones reconocidas tienen el derecho de organizar juntas una enseñanza religiosa en la escolaridad obligatoria”. Esta enseñanza está asegurada por catequistas profesionales o voluntarios (hoy, cerca de 500 en Primaria) enviados por las parroquias y formados por las respectivas iglesias. A este curso confesional facultativo se agrega uno obligatorio de Ética y Culturas Religiosas. Algo semejante ocurre en el cantón de Valais (Sion), donde rige un modelo doble: además de Ética y Culturas Religiosas para todos los alumnos de Primaria, se organizan itinerarios confesionales estacionales de un total de siete días anuales (llamados “ventanas catequísticas”) para profundizar temas de fe y organizar celebraciones bajo la guía de educadores específicamente preparados. En el Jura bernés, de mayoría protestante, los alumnos de Primaria disponen del curso de Ética y Culturas Religiosas desarrollado por los docentes titulares de la clase. El cantón de Vaud está introduciendo elementos de la misma materia a partir del curso 2018/19 en sustitución del precedente curso de Historia Bíblica. A dicha materia se asignarán quince períodos horarios cada año, desde la séptima hasta la undécima clase en el marco del curso de Historia. Las Iglesias están implicadas en la formulación de los programas y en la formación de los docentes.