Utopía
Había sido canciller del reino con Enrique VIII de Inglaterra, quien luego le hizo ejecutar por no aceptar ni su divorcio ni el juramento anglicano antipapista. Thomas More había escrito en 1516 un libro titulado Utopía donde dibujaba las costumbres y condiciones de vida de los nativos de una ficticia isla recién descubierta. “Utopía” es “ou topos”, es decir, ‘no lugar’.
El libro puede ser leído como una novela, aunque More lo presenta como un tratado “sobre el mejor estado de una república” y, con alguna ironía, como “entretenido”.
Los ciudadanos de Utopía viven en un régimen de un socialismo idealista, que también se dice utópico justo por tener en ese libro (un experimento mental) la primera formulación doctrinal. Aunque el diseño de un socialismo nativista (al modo de lo que será “el buen salvaje” de Rousseau) es lo más comentado del libro, este contiene otro elemento destacable: los isleños, en su mayoría, profesan una religión natural monoteísta; son muy tolerantes con otros cultos y en particular respetan a los cristianos, que son minoría. Que More escriba esto diez años antes de que Lutero saliera con sus tesis contra las indulgencias y otros usos papales pone de manifiesto su extraordinaria visión del panorama religioso que se abría en el Renacimiento. More pertenece, junto con Erasmo, Luis Vives y unos pocos más, al grupo de humanistas que pudieron haber encaminado al cristianismo por una tercera vía, que no era ni la de Lutero o Calvino, ni la de Trento. ¿Qué hubiera sido del cristianismo en la Edad Moderna de haber emprendido esa vía? Ahora este gran hombre figura en el santoral católico y también en el anglicano; y hay templos dedicados a él en países angloparlantes: Un hombre para la eternidad, según su biopic del director Zinnemann (seis premios Óscar en 1966).