Santa Rusia
¿Rusia tiene todavía un aporte para dar a Occidente? Ante la libertad recobrada, práctica religiosa en alza, materialismo y competencia económica, se lo preguntaba una enviada de los focolares en 2011.
Historia de la santa Rusia es el título de un libro del artista, pintor, escultor e ilustrador francés Paul Gustave Doré, que jugó un importante papel en el mundo de la historieta y de la narración gráfica. Refleja la historia del Imperio ruso desde sus orígenes en la antigüedad hasta el año 1854. La fecha de publicación coincide con los primeros años de la guerra de Crimea (1853-1856). Se enfrentaban entonces los deseos expansionistas del Imperio zarista contra el Imperio turco. Francia e Inglaterra tomaron partido y ese es su contexto. Según Daniel Brun, al comentar la reedición en 2016, “en un principio la idea de este trabajo era la de servir de panfleto y propaganda antirrusa, en la que, a través de la burla, la sátira y la exageración de su sociedad y sus costumbres, se trataba de ridiculizar al Imperio ruso”.
Historia de la santa Rusia fue la última de las “historias en estampas” de Doré. Ante la poca aceptación y reconocimiento, optó por cambiar la historieta gráfica y la escritura por la tarea de ilustrador. Las viñetas y pequeñas historietas comentaban la actualidad social y política de la época. Sus siguientes trabajos fueron historietas más largas, recopiladas en formato álbum, como los Travaux d´Hercule. Estas historias en estampas, olvidadas y rechazadas por su propio autor, suponen grandes adelantos y forman parte de la historia del cómic y las tiras de prensa. Pero donde encontró reconocimiento y por lo que será recordado Doré es por sus grandes trabajos ilustrando obras de la literatura y la cultura, tales como La Biblia, El paraíso perdido, El Quijote o La divina comedia.
Tres cuartos de siglo después, el domingo veintiuno de agosto de 1932, el diario gráfico madrileño Ahora informaba de un inminente estreno sin arrancar una primicia a su autor. “¡Santa Rusia! La gente anda intrigada. Hay hasta quien dice que Jacinto Benavente se declara comunista en esta obra”. “Pero en cuanto le hablamos de interviú, en cuanto solicitamos unas palabras, una autocrítica sobre santa Rusia, desapareció la sonrisa”. Benavente fue cofundador, el once de febrero de 1933, de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética. ¿Meras anécdotas?
Alma rusa
Otros tres cuartos de siglo después reaparece el concepto. “El renacer de la santa Rusia”, tituló Rafael M. Mañueco, corresponsal en Moscú del diario ABC, una crónica en 2010. La entradilla decía: “El primer ministro ruso, Vladímir Putin, se ha convertido en el paladín de la espiritualidad rusa: en veinte años, la Iglesia ortodoxa no ha parado de crecer”. La última frase de la crónica es no menos sorprendente: “El verdadero restablecimiento de la fe, sobre todo de la ortodoxa, se produjo durante el mandato de Putin”. Sorprendentes también las conclusiones de Jordi Morillas Esteban, desde la Universidad de Lübeck en 2018, publicadas en Razón y fe. En su artículo, “Putin y Dostoyevski o la santa Rusia”, concluye que “los paralelos entre lo que Dostoyevski teorizaba y Putin realiza actualmente son más que sorprendentes”.
Añade Morillas que, “en cualquier caso, Putin tiene bien claro cuál es su misión”, que explicó Henry Kissinger en el 2016, a quién cita extensamente. Artículo y cita accesibles en Dialnet. La entradilla del articulo explica su propósito: “Con el fin de comprender cómo y por qué Vladímir Putin llegó al poder en el 2000, se delinea brevemente el contexto histórico de la Rusia postsoviética. A continuación, se mencionan algunas de las principales medidas políticas emprendidas por el presidente ruso, así como se analiza la creciente influencias de la Iglesia ortodoxa en la sociedad actual. Todo ello se contrasta posteriormente con el pensamiento político del gran conocedor del alma rusa Fiódor Dostoyevski con la intención de mostrar cómo Putin no es más que el producto necesario de la idiosincrasia del pueblo ruso”.
Estas historias en estampas suponen grandes adelantos
y forman parte de la historia del cómic
Interesante texto. Faltaría justificar por qué son «sorprendentes» las afirmaciones de los profesores Mañueco y Morillas.