Recogemos una serie de datos referentes a la lupa y, después, haremos una aplicación a nuestra vida. Lecciones y enseñanzas que nos dan las cosas.
La invención de la lupa data del siglo XIII. En occidente se considera su inventor a Roger Bacon (filósofo, teólogo, fraile franciscano y profesor de la Universidad de Oxford). Talló las primeras lentes con forma de lenteja. Originariamente, diseñó las lentes para ayudar a sus colegas mayores para que pudieran seguir la lectura y la enseñanza en la Universidad, ya que muchos de ellos estaban siendo obligados a abandonar la enseñanza debido a su mala visión.
Su creador la inventa pensando en sus colegas de más edad. No piensa en él, piensa en los demás. Intenta ayudar a superar las necesidades y limitaciones de sus compañeros. Bella lección. Nuestras aspiraciones y propósitos, no solamente debemos focalizarlos en el alcance de nuestros propios objetivos y beneficios, también debemos dar cabida a los demás, especialmente los más necesitados. Cuando esto sucede ¡nos volvemos más creativos!
La lupa es un instrumento óptico que aumenta los detalles de lo que observamos. Se trata de una lente convergente cuya finalidad consiste en permitirnos conseguir que la imagen de un objeto se vea magnificada. El grado de magnificación depende de la curvatura. Generalmente las lupas de mayor diámetro son más potentes.
Estos datos son una invitación a la prudencia. Cuando nos fijamos en otras personas, especialmente si no nos caen del todo bien, magnificamos sus errores, sus defectos. Esta distorsión de la realidad no está cargada de bondad por lo que no nos hace bien ni a nosotros mismos ni a los que son depositarios de nuestros comentarios. A veces dedicamos palabras incendiarias a ciertas personas fruto de nuestra magnificación, no de la realidad objetiva. Se nos calienta la boca.
La lupa también suele usarse como elemento para encender fuego, haciendo que los rayos de luz solar pasen a través de ella. Como la lupa es un espejo cóncavo, concentra todos los rayos de sol en un solo punto. La luz produce calor y, al focalizarse en un punto sobre un material combustible, se produce el fuego. Hay que ser paciente en el proceso para conseguir ese resultado.
La lupa no aumenta la potencia de los rayos de sol, lo único que hace es focalizarlos en un punto concreto. Son varios los rayos de sol que inciden en la lupa y es ella, a través de su configuración, quien aúna, focaliza y unifica todas las fuerzas y cualidades lumínicas y calóricas de cada rayo. Al confluir son capaces de hacer más de lo que hubieran hecho por separado. Su fuerza originaria se intensifica y se multiplica. Si focalizas, intensificas y multiplicas tus cualidades, tus objetivos y potencialidades se magnifican y las llevas a su máxima expresión. Cuando sabemos qué es lo que queremos ser y hacer en la vida, todo lo que nos suceda nos puede ayudar a conseguir nuestros objetivos si sabemos orientar y focalizar las situaciones y acontecimientos hacia nuestros propósitos vitales. Eso sí, debemos ser pacientes.
También podemos deducir que para ser felices no es una necesidad imprescindible tener grandes experiencias brillantes y luminosas. Las pequeñas experiencias del día a día, de la vida ordinaria, bien enfocadas y orientadas, son transformadoras, energéticas, potentes y altamente luminosas. La lupa no aumenta los rayos de sol, si no que los focaliza en un punto. Así, las pequeñas experiencias y sucesos ordinarios bien orientados, son la base de la auténtica y duradera felicidad. Si, en algún momento llegan grandes acontecimientos, bienvenidos sean, pero no son imprescindibles.
Si aplicamos la “sabiduría de la lupa” a nuestro grupo, equipo, familia o a cualquier grupo humano, nos invita a practicar el arte de sumar cualidades, virtudes y fortalezas en favor del buen funcionamiento de todos. Se trata de sumar, de crear sinergias, no de restar y dividir. Aunque por separado todos somos altamente valiosos, lo mismo que cada rayo de sol, unidos somos más eficaces, más fuertes, más potentes.
Esta reflexión es una invitación a ser “personas lupa”: generosas, que aúnan esfuerzos, que hacen confluir ideas e intereses y tratan de que, a su lado, estén donde estén, reine la unidad.