«Sueño con una asignatura que responda a nuestra sociedad, plural y multicultural»
Entrevista a Alfredo Sepúlveda, secretario general del sindicato de profesores de religión USIT-EP que aglutina tanto a docentes católicos como evangélicos. En relación a la propuesta que la CEE ha elevado al Ministerio de educación considera que no es ajena al profesorado, por lo que la actuación de la CEE es más que arbitraria al no haber comunicado al colectivo ese planteamiento que, desconociendo los detalles, me parece descabellado: podría ser el inicio del fin. No tengo esperanza de que salga nada positivo para la asignatura de Religión, porque en este Gobierno prima más la ideología que la educación.
En 42 años hemos tenido siete leyes educativas y vamos camino de la octava. Desde las primeras elecciones democráticas del 77 hasta hoy, ningún gobierno ha sido capaz de consensuar un gran pacto educativo, más allá del intento casi exitoso del ministro socialista Ángel Gabilondo. En todos estos años, en el vaivén de una Ley a otra, el papel de la asignatura de religión siempre ha sido uno de los principales focos del debate: obligatoria o no, con asignatura espejo o no, computable y evaluable… En la actualidad llegamos a un proyecto de Ley, el de la LOMLOE, donde ni tan siquiera se ha escuchado a los docentes y que toma la forma de una especie de imposición en la que el diálogo con la comunidad educativa está ausente. Religión, de nuevo, vuelve a estar en entredicho. Por una parte, España adolece de un gran pacto educativo por una falta de voluntad política, por otra, la asignatura de religión ha sido usada por unos y por otros como rasgo ideológico. Si los fundamentos no están claros, en este caso el pacto y el diálogo, es muy difícil que lo que salga de ahí no tenga siempre la ideología como criterio.
Alfredo Sepúlveda es un hombre de pacto. A lo largo de esta entrevista repite una y otra vez esa necesidad de un gran pacto educativo, una «alianza educativa amplia para formar personas maduras», en la que la asignatura de religión sea tratada con la dignidad y la adultez que se merece. Abierto además a una Religión amplia, una asignatura de Fenomenología de las Religiones o Historia de las religiones, extensible al conjunto del alumnado, que sirva como respuesta «a nuestra sociedad pluralista y multicultural, en la que con la libertad de creer se proteja y garantice el derecho a conocer el hecho religioso y las convicciones.»
Recorrido biográfico
Nací en Madrid, aunque fijé mi residencia temporalmente en otros lugares, incluso en el extranjero. Estudié la licenciatura en Teología en las Universidades Pontificas Lateranense y de Salamanca; también estudié Derecho y alcancé el grado de doctor con la tesis: El régimen jurídico laboral de los profesores de Religión católica en los centros públicos de enseñanza.
He publicado el libro Profesores de Religión: aspectos históricos, jurídicos y laborales. También colaboro en revistas especializadas sobre este mismo tema. Soy abogado laboralista ejerciente del sindicato, y estoy titulado como abogado de la Rota española.
Comencé la docencia de la Religión en octubre de 1988 en el IES Parla II, ahora Manuel Elkin Patarroyo, donde desarrollé mi actividad docente. Estoy casado y actualmente trabajo en el IES José de Churriguera de Leganés. En la actualidad estoy a jornada completa en funciones sindicales, pero de esta etapa guardo muy buenos recuerdos.
¿Cómo llegaste a ser profesor de religión?
Fue algo casual. Como mucha gente de mi época (no existía todavía la Diócesis de Getafe), con 24 años y después de terminar la Teología acudí a la Delegación de Enseñanza de Madrid, y a los pocos días se me adjudicó el centro de Parla.
ASIGNATURA DE RELIGIÓN
Los retos principales de la asignatura de religión
La asignatura de Religión se ha ido afianzando en el sistema escolar buscando, dentro de sus peculiaridades, la igualdad con el resto de asignaturas, pero también es cierto que la polarización que existe en la sociedad española se agudiza en este campo entre partidarios y detractores de la presencia de la asignatura en la escuela pública. El reto inmediato y actual es la continuidad de la asignatura y de sus trabajadores, los docentes de Religión, pero a medio o largo plazo, sin enconamientos, propugnamos un gran pacto de Estado y una nueva configuración de la asignatura en la línea de «Los Principios Orientadores de Toledo sobre la enseñanza acerca de las religiones y creencias en las escuelas públicas» que indican la responsabilidad de cada Estado «no solo de abstenerse de interferir en estas creencia, sino también tomar medidas para proteger el derecho de todos los individuos y grupos a ejercer la libertad de religión y de creencia», es decir, que desde la neutralidad y la imparcialidad, el Estado tiene la posibilidad de establecer en las escuelas públicas la enseñanza general sobre las religiones y creencias: «que debe ser entendida como parte de una experiencia educativa de fundamento amplio».
En España se da la situación que en cada comunidad autónoma, la asignatura de religión, tiene una carga horaria dispar. ¿Cómo se adapta el currículo a esta diferencia de carga horaria?
Es difícil tomar en serio una asignatura con distintas cargas horarias según las CCAA, asignatura que no es optativa en sentido estricto, ya que su oferta es obligada y libre su elección. La última jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre carga horaria de la asignatura de Religión, indica que: «No requiere una carga horaria determinada sino la necesaria para su enseñanza adecuada». Por ello nos dirigimos a la Conferencia Episcopal y les trasladamos la necesidad, no solo de implementar el currículo como es su obligación en una materia confesional, sino de ajustarlo y proponer una carga horaria. Si el currículo es el mismo en todo el Estado, la carga horaria debe ser, sin duda, la misma en todo el Estado. De ello se infiere, como ocurre en la actualidad que, en cada CCAA, el docente puede extender o suprimir el temario según la carga horaria de la asignatura. Una aberración pedagógica y curricular que solo obedece a intereses partidistas y no educativos.
Al hablar de innovación educativa, sobre la transformación digital de la escuela, ¿cómo innovar en la asignatura de religión?
Es algo que como sindicato nos preocupa porque es imposible poner barreras a la educación digital, pero ello supone un cambio de mentalidad que, a veces, es difícil por la edad, acceso a recursos, u otros motivos. Debemos ser conscientes que, dentro de la presencialidad, debemos trasladar habilidades a los alumnos para que se adapten a los constantes cambios del entorno. Por ello, no solo es necesaria la formación del profesorado con procesos de aprendizaje adecuados, sino la creación de contenidos multimedia que estén realmente pensados para el aprendizaje, en este caso, de la Religión. Necesitamos que nos faciliten y nos enseñen recursos: plataformas, redes, sistemas y aplicaciones (app) que se puedan trasladar a las aulas. El docente debe dirigir ese aprendizaje hacia sí y hacia los alumnos estando siempre atento a la integridad y veracidad de los contenidos.
¿Cómo se podría aterrizar el concepto de “Iglesia en salida” en la asignatura de religión?
Tenemos que indicar que en USIT-EP no solo hay docentes católicos (indudablemente mayoritarios), sino también evangélicos. Dicho esto no nos sustraemos a la pregunta y recordamos que «La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie». Así, como dice la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, una de las mayores amenazas «es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad». Esta realidad llevada a la asignatura de Religión, nos podría dejar en una aparente situación de asignatura desgastada. Pero lo cierto es que los docentes de Religión —y otros muchos—, son semilla cuando se involucran, acompañan, fructifican y festejan en su labor docente con sus alumnos. No hablamos de evangelizar o transmitir una fe, sino de cuando estos «lavan los pies a sus discípulos».
¿Cómo resuena en la asignatura de religión el “pacto educativo global” al que nos ha invitado el papa Francisco el 15 de octubre?
Sinceramente, como pequeño sindicato nos queda muy lejos, nos gusta la música y la letra, pero nuestra función en el día a día es más prosaica, aunque compartamos y empujemos ¡cómo no! el llamamiento de Francisco a promover «los valores de cuidado, paz, justicia, bondad, belleza, aceptación de los demás y hermandad». Es necesario unir los esfuerzos por un pacto educativo amplio que forme a verdaderas personas: libres y adultas, superando las fragmentaciones artificiales que buscan la confrontación interesada.
¿Cómo sueñas la asignatura de religión dentro de 10 años?
En lo que a mí respecta, me gustaría que existiese una asignatura de Fenomenología de las Religiones o Historia de las religiones impartida por los actuales docentes de Religión, y compartida por el conjunto del alumnado, en las que las religiones o iglesias fijasen sus propios contenidos en el currículo, y que sirviese como respuesta a nuestra sociedad pluralista y multicultural, en la que con la libertad de creer se proteja y garantice el derecho a conocer el hecho religioso y las convicciones.
VIDA SINDICAL
¿Cómo llegas al sindicato USIT-EP?
Fue una nueva creación sindical de un grupo muy numeroso de docentes de Religión de Madrid en el año 2002, yo mismo entre ellos, que procedíamos de otra organización de la que dejamos de compartir proyectos.
¿Cuáles son las principales reivindicaciones de USIT-EP en los últimos años?
Las reivindicaciones de USIT-EP se han movido en el amplio espectro de la defensa de los trabajadores, buscando la igualdad entre estos y los funcionarios docentes, con las limitaciones del distinto estatuto profesional. Hemos conseguido: las retribuciones por jornadas y no por horas, el contrato indefinido con nuestra denuncia a la Comisión Europea; los trienios para el conjunto del profesorado de Madrid y, para los que los habían conseguido, que siguieran devengando nuevos trienios cuando fueron congelados por decisión arbitraria de la Comunidad Autónoma de Madrid. Reivindicamos las tutorías para el profesorado de Religión, que tuvimos que ganar también en los tribunales. El desempleo parcial para las reducciones anuales de jornada. Los sexenios para este colectivo en el conjunto del Estado español, pues fue la primera sentencia del Tribunal Supremo que sirvió, con sus novedosos argumentos jurídicos, a otras CCAA para conseguirlos. También el reciente «incremento de la cuantía de los sexenios» que, desgraciadamente ha habido que conseguirlo, una vez más, en los tribunales.
Seguimos reivindicando que al menos haya un docente de Religión por centro, y en el caso de no haber suficientes horas lectivas poder realizar otras funciones o docencia si se está en posesión de la titulación correspondiente (en Infantil y Primaria siempre lo están). Transparencia en la adjudicación de jornadas. La modificación del Estatuto del Empleado Público para llegar a ostentar la fijeza en la plaza, lo que conllevaría la creación de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) para adecuar las necesidades del servicio público. A tenor de lo anterior postulamos que se cree una plantilla fija y no la actual con amplias contrataciones de indefinidos que está sobredimensionada, lo que conlleva precariedad para muchos docentes de Religión: más docentes indefinidos para las mismas plazas. La estabilidad en la plantilla daría lugar a una posible jubilación parcial. Insistimos en que todas las licencias y permisos de los funcionarios de carrera docentes se apliquen al profesorado de Religión. La aplicación de la reducción horaria: 18 horas lectivas en secundaria y 23 en primaria, y por último para no alargar más este epígrafe seguimos apelando a la creación de una bolsa de trabajo para las sustituciones de los profesores de Religión de la Comunidad de Madrid, como se viene realizando en la mayoría de las CCAA.
¿Cómo se valora desde USIT-EP la futura Ley LOMLOE?
Si hoy más que nunca es necesario unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna (pacto educativo global), lo cierto es que nos encontramos con la LOMLOE, fruto de la imposición de una ideología educativa que no ha dialogado, que no ha escuchado al conjunto de la sociedad y a los propios docentes, y que pretende hacer desaparecer, por la vía de los hechos, la asignatura de Religión devaluando su horario, quitando la asignatura espejo (alternativa), o que la nota de la enseñanza de la Religión no sea computable a efectos académicos.
¿Cómo valoras la propuesta de la CEE al Gobierno? ¿Tienes esperanzas de que salga adelante?
Desconozco en sus detalles la propuesta de la CEE. Creo haber entendido que han propuesto — manu militari — que los contenidos de la asignatura de Religión se integren en el ámbito de la educación en valores, donde podrían ser explicados desde distintas perspectivas, entre ellas, la católica. Pero no nos han dicho quiénes configurarán el currículo, si el Gobierno o la CEE. Además, en Educación Primaria que contará con tres ciclos, y solo se impartirá esta asignatura (según la LOMLOE) en uno de los cursos de la etapa, y en Educación Secundaria se cursará esta materia en «algún curso de la etapa», con las consiguientes pérdidas de jornada para los docentes. Si proponen que se imparta en más cursos deberían explicarlo. Es evidente que esta propuesta no es ajena al profesorado, por lo que la actuación de la CEE es más que arbitraria al no haber comunicado al colectivo ese planteamiento que, desconociendo los detalles, me parece descabellado: podría ser el inicio del fin. No tengo esperanza de que salga nada positivo para la asignatura de Religión, porque en este Gobierno prima más la ideología que la educación. En este contexto se avecinan acciones judiciales.