Aprender ayudando. Tarea educativa clave para la “nueva realidad”
Una reflexión sobre algunas tareas educativas ante la "nueva realidad" y la invitación del papa Francisco a un "Pacto Educativo Global". Resulta más necesario que nunca educar la mirada de nuestros alumnos, potenciar la "Identidad global" como competencia clave. La metodología Aprendizaje-Servicio es una gran herramienta educativa para afrontar esos retos. Una metodología que se puede aplicar también en situaciones de distancia social.
A finales del siglo XX el sociólogo francés Alain Touraine escribió un libro que tituló “¿Podremos vivir juntos?”. Quizás nuestra respuesta inmediata es un “sí” categórico, “claro que podemos y que podremos vivir juntos”. Sin embargo, no es una pregunta de tan fácil respuesta. Touraine acertó en su intuición porque hoy, en pleno siglo XXI, nuestro gran reto es precisamente el vivir juntos, la convivencia, el generar espacios de encuentro entre los diferentes.
Nuestro mundo es dinámico, es plural, es diverso. Todo ello gracias a los grandes movimientos migratorios y a los grandes avances tecnológicos. Ante este “nuevo mundo” hay quienes nos proponen que la mejor solución es levantar muros, establecer fronteras bien marcadas frente al otro, que solemos ver como el “diferente”, el “enemigo”. Internamente todos sabemos que esa no es la solución. La frontera genera distancia y exclusión, pero no propicia el diálogo, el acercamiento y la búsqueda de soluciones.
Durante mucho tiempo llevamos escuchando que vivimos un cambio de época. Creo que a nadie se nos escapa ahora, con los acontecimientos actuales, que de verdad estamos inmersos en ese proceso de cambio. Siempre que se dan transformaciones de este tipo hay infinidad de puntos ciegos. Por ejemplo, hoy podemos ver cosas muy claras del pasado, que nuestros antepasados eran incapaces de ver o de advertir. Ser protagonistas del momento de cambio hace que no seamos capaces de ver todos los detalles pequeños, y a veces incluso tampoco los grandes.
En circunstancias como las actuales, en un cambio de época como el presente, hay una tarea esencial y clave: “educar la mirada”. Esto pasa por formar una mirada crítica y reflexiva sobre la realidad; una mirada contemplativa que nos ayude a mirar el mundo desde la aceptación y la búsqueda conjunta de soluciones.
José Antonio Marina, filósofo y pedagogo, dice que estamos ante una encrucijada social y educativa, que nuestra sociedad ha evolucionado hacia un individualismo peligroso. Por eso, para Marina, es necesario recuperar la conciencia de que vivimos en sociedad y también fijar como tarea educativa la de aprender a convivir.
En resumen, a nivel educativo tenemos dos retos, dos tareas esenciales, por una parte educar la mirada en un mundo en cambio, por otra enseñar a convivir en un mundo diverso y plural. Ambas tareas se enmarcan en una competencia clave y urgente: la Identidad global.
APRENDIZAJE-SERVICIO. CÓMO APRENDER AYUDANDO
La metodología educativa “Aprendizaje-Servicio” [APS] es una herramienta extraordinaria para integrar las tareas de “educar la mirada” y “enseñar a convivir” en la realidad de nuestros colegios. Al impartir cursos de APS me he encontrado muchas veces con la situación de que la imagen que tienen los docentes de esta metodología de aprendizaje es que es una especie de voluntario, de servicio a la comunidad. En general, la visión del APS es esa. Pensamos que es solo una acción social cuando en realidad va más allá.
Para poder definir una actividad como APS, como propuesta educativa, es necesario que se combinen procesos de aprendizaje y de servicio en un único proyecto. Josep Puig habla de una combinación entre un “servir para aprender” y un “aprender para servir”, situando el aprendizaje eficaz y de calidad como el fin prioritario.
Los requisitos de todo proyecto APS son cinco:
- Reflexión sobre la realidad concreta. Potenciando de ese modo una mirada crítica y reflexiva sobre lo acontece en el entorno.
- Se tiene que dar una intención clara en el aprendizaje “qué aprendizajes queremos conseguir”, y también en el servicio “qué vamos a hacer”.
- Participación activa de todos los implicados en el proceso, en todas las fases.
- Aprendizaje
- Servicio
Una característica esencial de la metodología APS es el trabajo en red. La tipología de servicios que se pueden realizar son múltiples, y en muchos de ellos participan asociaciones, ong´s, organismos municipales,… Este trabajo en red supone abrir el colegio a otros agentes, y supone abrir entidades al margen de la escuela a la realidad educativa.
Para construir un proyecto APS hay que especificar claramente tres elementos clave. El primero, las necesidades sociales que se atenderán. No se trata de hacer una mera enumeración, es necesario profundizar en las mismas y extraer todo su potencial. El objetivo es desarrollar una mirada abierta, reflexiva, libre de prejuicios. En segundo lugar, la acción de servicio, como respuesta a la necesidad detectada. Y en tercer lugar los aprendizajes.
En todas las fases del proyecto la participación de los alumnos ha de ser activa. El grupo, la clase, ha de ser protagonista en la detección de las necesidades, en la planificación y definición del proyecto, en su ejecución y evaluación. De este modo garantizamos que lo vivan como “algo suyo”, aumentando la motivación y la implicación. Al final de cada fase será necesario que recopilemos con los alumnos los aprendizajes recibidos. Estos han de darse tanto en la planificación, como en la ejecución y evaluación.
ANTE UNA “NUEVA REALIDAD”
Enfrentarnos a la COVID-19 ha supuesto una serie de restricciones sociales considerables. Podemos observarlo cada día en el colegio, en el instituto o en la universidad: “grupos burbuja”, ausencia de contacto en el patio, clases online, confinamiento de una clase entera o de un alumno, etcétera. Es necesario cumplir con todas las normas, por responsabilidad hacia el otro y hacia nosotros mismos. Sin embargo, hemos de cuidarnos también de que el aislamiento o el distanciamiento social sea sinónimo de cerrarnos a la realidad y a las necesidades de los otros. No podemos perder de vista que nuestra tarea de “educar la mirada” sigue vigente, y hoy quizás es mucho más urgente.
Hay una realidad de necesidades que se abren ante nosotros: ancianos sin visitas en las residencias, enfermos que viven confinados en casa, personas sin hogar, aumento de la pobreza en países en vías de desarrollo, etcétera. A veces esta realidad es más cercana de lo que pensamos.
En esta nueva realidad no se nos pueden escapar dos elementos imprescindibles. El primero, nuevas necesidades que atender. Y el segundo, que disponemos de medios tecnológicos que nos posibilitan atenderlas, para acercarnos al otro.
El colegio no puede permanecer impasible ante el alumno y su familia confinada, ante el anciano sin visitas en una residencia, ante las colas para pedir comida en Cruz Roja y Cáritas, ante el aumento de personas sin hogar,… Ante el alumno confinado la respuesta del colegio no puede ser sólo y exclusivamente garantizar la docencia online. Desde la clase, desde el colegio, se pueden diseñar programas APS que vertebren proyectos de acompañamiento online a los compañeros confinados; proyectos de videoblogs, cartas, video-conferencias para acompañar ancianos en residencias; proyectos de sensibilización sobre la realidad de una pobreza que va en aumento en nuestras ciudades.
Es posible implementar proyectos de APS guardando las medidas de restricción social. Es posible organizar nuestra clase para desarrollar un proyecto APS a distancia. Es posible y necesario. Los centros educativos tienen mucho que decir y mucho que aportar en esta “nueva realidad”.
EN RESPUESTA AL PACTO EDUCATIVO GLOBAL
El papa Francisco, en su mensaje del 15 de octubre en el que hacía un llamamiento universal a un “Pacto Educativo Global” destacaba varios puntos, entre otros: Poner en el centro de todo el proceso educativo formal e informal a la persona. Fomentar la plena participación de los niños y jóvenes en la educación. Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados. Salvaguardar y cuidar nuestra casa común.
Con la metodología APS es posible responder a las tareas a las que nos invita el papa Francisco, que tratan de responder a los retos urgentes de un mundo en crisis, con una mirada crítica, reflexiva y esperanzada. Abierta, siempre, a la acción y a la búsqueda de soluciones.
Un articulo precioso Iván y muy acertado en todo lo que planteas y las referencias que haces. Una metodología súper necesaria para nuestro sistema educativo y muy agradecida por nuestros alumnos y vital por el impacto social que genera. Enhorabuena!