Crear fraternidad
En 2021 La ONU proclamó el 4 de febrero como Día Internacional de la Fraternidad Humana. Ese día –y muchos más– es una buena ocasión para recordar en clase de Religión –y también en todas las demás– que todos somos hermanos y trabajar para que cada vez lo seamos más.
Origen: la Declaración de Abu Dabi
El origen de esta jornada está en el encuentro entre el papa Francisco y el líder musulmán gran imán de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyib, el día 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi, durante la visita apostólica del Papa a los Emiratos Árabes Unidos. Como fruto de esa reunión se firmó el Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, también conocido como Declaración de Abu Dhabi. En él se resalta la importancia de la educación, la concienciación y el respeto a las distintas culturas y religiones, a la vez que señala la imperiosa necesidad de velar por las personas, promover la paz y poner fin a la violencia, al extremismo religioso, las guerras y el terrorismo.
Para alcanzar esos objetivos, el día 20 de agosto de 2019 se creó el Comité Supremo para la Fraternidad Humana, integrado por líderes cristianos, musulmanes y judíos de diversas disciplinas.
Objetivo de la jornada
La proclamación de esta jornada por parte de la ONU tiene como objetivo promover la paz en el mundo, alentar el desarrollo sostenible y unir esfuerzos de la comunidad internacional para incentivar la tolerancia, la inclusión, el respeto a la diversidad y la solidaridad entre las naciones del mundo y las personas. Y quiere ser un llamamiento a la disminución y erradicación de situaciones de violencia, xenofobia, fanatismo político y religioso y discriminación de razas, género e ideologías.
La fraternidad como valor fundamental
La fraternidad implica hablar de valores, pues lleva a la unión de las personas desde los valores de tolerancia, respeto, dignidad, solidaridad e igualdad de derechos de todos los seres humanos. La escuela y el hogar constituyen los ámbitos esenciales para forjar estos valores. Su transmisión y aplicación en la vida diaria nos hará ser cada día mejores individuos y tendrá un efecto multiplicador que repercuta en toda la humanidad. Por eso la fraternidad como valor nos lleva a ser solidarios, respetuosos y empáticos con las demás personas de una manera muy eficiente.
“Todos hermanos”, la encíclica sobre la fraternidad
El papa Francisco se desplazó hasta Asís el 3 de octubre de 2020 para allí, después de una sencilla celebración de la Eucaristía –sin mitra ni báculo y con un tiempo de silencio en vez de homilía–, firmar su tercera encíclica, Fratelli tutti (Todos hermanos), sobre el altar donde reposan los restos de Francisco de Asís. Después de este gesto simbólico, el domingo siguiente reconoció en las palabras del Ángelus: “Los signos de los tiempos muestran claramente que la fraternidad humana y el cuidado de la creación son el único camino hacia el desarrollo integral y la paz, como ya indicaron los santos papas Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II”.
La encíclica Fratelli tutti se sitúa como continuidad de la declaración interreligiosa que pronunció junto en el gran imán Ahmad Al-Tayyeb en Abu Dabi sobre los derechos de la dignidad humana el 4 de febrero de 2019: es una obra de madurez sobre la fraternidad y la amistad social y va dirigida a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, más allá de sus convicciones religiosas, y en ella se propone el ejercicio de una fraternidad abierta a todos que permita construir un mundo nuevo. De hecho, se la ha calificado de una “encíclica social” para construir un mundo más justo y sea dicho de ella que “ha puesto un dedo en las llagas humanas y el otro en la dirección de un futuro diferente”. Es, por lo tanto, una encíclica para poner en práctica que presenta la fraternidad como la manifestación de actos concretos que puede y debe ir cristalizando en una “cultura que debe aplicarse a las relaciones internacionales” y a nuestra vida diaria. Es también una encíclica para todas las religiones y para todos, de modo que podamos convertirnos en artesanos de paz.
Una forma de acercarse a la encíclica Fratelli tutti es acudir a la edición que nosotros hemos preparado (Todos hermanos, PPC 2021) en la que se incluyen epígrafes marginales para entender mejor el texto y, en cada capítulo, un esquema de cada capítulo, pautas para el trabajo personal y el encuentro en grupo, claves para pensar y compartir, propuestas para orar e interiorizar, un dibujo específico de Agustín de la Torre para contemplar y actuar, varias canciones para escuchar, cantar y comentar y tres películas para profundizar y ver la realidad. Todo ello puede servir de material muy concreto para los profesores de Religión.
Crear fraternidad
También desde la vida cotidiana podemos crear fraternidad mediante sencillas acciones y convertirnos en artesanos de paz. En clase podemos concretar algunas de ellas. Por ejemplo:
- ¡Sonreír siempre! O al menos sonreír más. Hacer la prueba ese día y ver qué sucede a nuestro alrededor.
- Concretar cómo podemos servir y ayudar a los demás: elegir alguna acción propuesta y llevarla a cabo.
- Ver qué podemos hacer en casa y en el colegio: concretar y llevar a cabo otras acciones específicas.
- Buscar y apoyar las causas de organizaciones y fundaciones sin fines de lucro que tengan como objetivo trabajar en pro de la fraternidad humana.
- Investigar cómo funcionan algunas organizaciones que apoyan la fraternidad humana. Por ejemplo, Comité Supremo para la Fraternidad Humana, la Organización de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), Sumá Fraternidad o Red Cultural para la Fraternidad Humana (RedGFU)
Una antigua canción muy actual (y otra más)
Proponemos trabajar en este caso una veterana –aunque bastante desconocida– canción de Manolo Escobar, cantada también por Antonio Miniño. A pesar de sus alusiones específicas a lo cristiano (“Aquel que dio la vida por los humanos… quería que fuéramos todos hermanos”) –que facilitarán su uso en la case de Religión–, puede servir para todos, pues resume con palabras muy sencillas lo que dice el papa Francisco en Fratelli tutti. [Escuchar la versión de Manolo Escobar o de Vicente Miniño]
Todos hermanos
Un hombre se gana con una sonrisa.
Parece mentira que pueda pasar.
Lo poco que cuesta ganar un amigo,
y qué pocos hombres lo quieren ganar.
Cada uno va a lo suyo, ya no existe humanidad.
Nos tratamos con orgullo, despreciando la amistad.
Aquel que dio la vida por los humanos,
la dio porque quería que fuéramos un día todos hermanos.
Sin embargo, tanto tienes, tanto vales.
Lo aseguran las palabras del refrán.
La razón suelen hacer de los refranes.
Y esto siempre, y esto siempre pasará.
Si alguno pensamos entrar en los cielos,
y nunca tuvimos mayor caridad,
a tanta grandeza jamás llegaremos.
Ninguno tenemos la gloria ganá.
Todo el mundo nos miramos con reparo y sin amor,
y cobardes ocultamos lo que siente el corazón.
Y podemos trabajar también con esta canción de Marino Rojas Jr., que nos ofrece diversas imágenes referidas a cada persona (eslabón de una cadena, flor en el jardín, ir al compás en el desfile, color del arcoíris, oveja de un rebaño, nota de una sinfonía…), cada una con su dignidad común y su especificación personal, que nos llevan a reconocer que todos somos hermanos, más allá de la fe que tengamos: “todos tenemos el mismo valor”.
Somos todos hermanos