50 aprendizajes vitales que descubrí dedicándome a la educación

Por Dori Díaz Montejo Última actualización Nov 16, 2021 729 0

Que la sencillez, la alegría y la humildad abren todas las puertas.
Que con ganas y voluntad se llega lejos en la vida, no a todas partes, pero sí a la ruta que me guiará a ellas.
Que la sonrisa hace grande a quien la da y a quien la recibe.
Que sólo llegando al corazón se hace verdadera educación, con pequeños, con medianos y con mayores.
Que perdonar sana tanto al que perdona como al que es perdonado.
Que el agradecimiento debe ser un sentimiento continuo en el corazón de los seres humanos.
Que la calidad de nuestra vida nos la jugamos en las relaciones con los demás.
Que, a la postre, lo único que queda son los afectos y las creencias.
Que los dones que te han sido regalados o los pones al servicio o no sirven para nada.
Que lo que no se comparte se hace pequeño y lo que se comparte se multiplica.
Que no puedo cambiar la dirección del viento, pero sí puedo ajustar mis velas para llegar a mi destino.
Que lo esencial es invisible a los ojos.
Que la aceptación incondicional del otro es un trabajo de largo recorrido, con luces y sombras, pero de hermoso trayecto.
Que la ternura y la compasión curan muchas heridas.
Que el tiempo dedicado a las personas es siempre tiempo bien invertido.
Que el silencio y la cercanía, muchas veces, es lo único que necesita el que se acerca a compartir sus penas.
Que todo ser humano está abierto a la trascendencia, llámesela como se la llame, y esto le hace bien.
Que la felicidad viene del interior.
Que la vida es como el eco, siempre me devuelve lo que le echo.
Que todas las personas y todas las situaciones llegan a nuestra vida por alguna razón.
Que la confianza es fundamental. La que deposito en mí, la que deposito en ti, la que deposito en Él.
Que la violencia genera violencia, pero también la paz genera paz.
Que una persona sólo posee aquello que no puede perder en un naufragio.
Que la energía vital hay que dejarla fluir.
Que no son tan importantes los sucesos, cuanto los procesos.
Que lo importante no es el destino, sino el viaje. ¡Disfrútalo!
Que lo único que poseemos es el aquí y el ahora. ¡Vívelo!
Que somos creadores poderosos. Con atención, enfoque y perspectiva poco hay imposible.
Que nadie está más vacío que el que está lleno de sí mismo.
Que las batallas decisivas se ganan o se pierden en la propia intimidad.
Que la gente tóxica me intoxica y la gente constructora me empuja a seguir adelante.
Que no podemos elegir la música que la vida nos toca, pero sí podemos elegir cómo la bailamos.
Que, a veces, hay que trabajar solos, pero trabajar juntos siempre suma.
Que decir SÍ a la vida es maravilloso.
Que el miedo, en ocasiones, es un buen indicador, y en otras, superarlo es de las experiencias más gratificantes.
Que nuestro cuerpo es una delicada máquina que hay que cuidar cada día.
Que la vida está llena de altos, de bajos y de en medios.
Que tengo que prestar atención porque, a veces, el cuerpo enferma para sanar mi alma.
Que hay que demostrar nuestro amor a aquellos que amamos, cada día.
Que hay tiempo para todo, pero hay que gestionar bien el tiempo.
Que los límites son físicos y las limitaciones mentales.
Que el dolor suele tener su significado en nuestras vidas, aunque sólo el tiempo nos haga entenderlo.
Que el pasado no tiene remedio y el futuro está por llegar, pero se pueden hacer muchas cosas en el presente.
Que la preocupación nos ocupa antes de tiempo.
Que nuestra historia está escrita con mirada tierna y delicada.
Que aquello a lo que te dedicas tiene que hacerte crecer como persona para que merezca la pena.
Que los problemas vitales no se solucionan con ningún contenido curricular.
Que la gente buena es gente alegre.
Que siempre estamos a tiempo de aprender algo nuevo y lanzarnos a la aventura.
Que lo de aprender a vivir de verdad es un estilo de vida.
Que aún me quedan por aprender otras 50 cosas o más.