La La Land, Lalachus
Aunque esto se leerá cuando la polémica por las campanadas esté olvidada, no quiero dejar de hablar de ella, precisamente porque ha pasado y estamos más serenos para enfocar la cosa de un modo que nos ayude a pensar.
Por: Junkal Guevara
El título de esta página me ha quedado “sonoro”, pero se me ha ocurrido porque la película de Chazelle es una historia de sueños, y Lalachus se ha convertido en una pesadilla. Y es que no son pocos quienes se han enfadado por el gag de la humorista Laura Yustres durante la emisión de las campanadas. No lo vi en directo, la verdad, pero tuvo tanta repercusión que lo busqué para tratar de entender la cosa. Si no lo vieron, queridos maestros, la humorista sacó, a modo de amuleto, y por eso de los deseos para el nuevo año, una suerte de estampita en la que, casualmente, la vaquilla del programa Grand Prix (un programa líder de audiencias en el que compiten pueblos de la geografía estatal) aparecía representada con los rasgos identificables del Sagrado Corazón de Jesús.
Lo primero que me ha venido a la cabeza, y porque escribo desde Roma donde hay una exposición fantástica de Fernando Botero, es que la tal estampita era, a su vez, una reinterpretación del cuadro del Corazón de Jesús que el artista pintó en 1999. Dicho cuadro también escandalizó; de hecho, algunos dijeron que Botero había engordado a Jesús. Y no sé, pero teniendo en cuenta el compromiso de Lalachus contra la gordofobia y sus derivados, tampoco me ha extrañado que sacara, precisamente, esa estampa. Por otra parte, y creo que escribí recientemente sobre esto, en el marco de la investigación académica, dedico mucho tiempo a la interpretación o reinterpretación de la Biblia en la novela gráfica, un género híbrido que conoció en 2023 más de tres mil títulos. En dicha investigación llegan a mis manos muchos ejemplares que reinterpretan libros completos (Génesis, de Crumb, o Marked, de Ross) o historias de personajes (The Book of Ruth, de Finch; Blinded, de Ross). Otras veces son cuestiones teológicas, como las divertidas discusiones teológicas entre un gato y su rabino en El gato del rabino de Sfar. La mayor parte de las veces los trabajos los hacen guionistas e ilustradores que no son creyentes, y tengo que decir que, prácticamente siempre, constituyen miradas y enfoques de las historias y los personajes que me sorprenden. Y es que, como hace notar algún teólogo, la lectura de la Biblia “se ha democratizado”; es decir, ha salido del ámbito de la lectura normativa de la sinagoga y las iglesias, y está fecundando la cultura con sus valores, porque ¿quién no sintoniza con la verdad, la bondad y la belleza?
No quiero enfadar ni escandalizar, pero, a lo mejor, podemos considerarlo de otra manera, mirando y hasta sorprendiéndonos de cómo la Palabra de Dios toca siempre el corazón de las personas. Y que conste, no me hace gracia ninguna Lalachus, y me molesta mucho la bronca entre La Revuelta y El Hormiguero.
Soñemos un mundo de verdad, bondad y belleza, arrojemos lejos de este año las pesadillas de la discordia
Interpretar y reinterpretar
Algunos están enfadados, además, porque creen que, además de ofensa, hay cobardía… No sé; lo que sí sé es que tenemos una tradición bíblica que se ha generado a base de interpretarse; que ha crecido a base de interpretar y reinterpretar, y que es fenomenal tener entre manos y entre labios la Palabra de Dios, y que se deje modelar, mirar, pronunciar en el hoy de todos los que la recibimos. A lo mejor es que otras tradiciones no se han entendido con un Dios tan “abajado”, y, así, se refiere a él la carta a los Filipenses. Soñemos un mundo de verdad, bondad y belleza, arrojemos lejos de este año nuevo las pesadillas de la discordia, la polarización, el desencuentro… Estamos como docentes comprometidos en un esfuerzo para “comprender y respetar el modo en que las ideas, las opiniones, los sentimientos y las emociones se expresan y se comunican de forma creativa en distintas culturas y por medio de una amplia gama de manifestaciones artísticas y culturales” (currículo de la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación, competencias clave: competencia en conciencia y expresión culturales).
Vamos a tratar de serenar y enfocar el asunto de modo que, de verdad, la Biblia y la tradición cristiana puedan ser instrumentos de educación de una ciudadanía mejor.