Las metamorfosis de una disciplina líquida (II)
Las metamorfosis de la asignatura de Religión han implicado la formación del docente en la variada tipología de sus figuras jurídicas y profesionales: docente de una tradición religiosa (cristiana, musulmana), de historia comparada (abrahámicas, mundiales), de Ética no Confesional, incluso el docente de disciplinas humanísticas que debe tratar de forma laica los faits religieux que aparecen en su programa. El cuadro de las disciplinas académicas ofrecidas por las facultades y los institutos superiores donde se forman los futuros docentes ha cambiado. Las tradicionales ciencias teológico-religiosas de carácter exclusivamente intraeclesial han ampliado el horizonte hacia un necesario diálogo con religiones y culturas de actualidad; otras disciplinas se han dejado absorber en programas más amplios inspirados en una lógica cultural de la interdisciplinariedad; otras, a su vez, han sido reemplazadas o incorporadas por ciencias inéditas, especialmente de naturaleza ecuménica, antropológico-psicológica, filológica, histórico-filosófica, etc. En una palabra, asistimos al surgimiento de nuevos estudios religiosos y de ciencias humanas en la formación académica a la vista de nuevas competencias didácticas que es preciso ofrecer en la escuela, en aulas cada vez más multiculturales, con estudiantes milenials o de la last generation, que están cada vez menos afiliados a una Iglesia y que, en lugar de ello, se encuentran suspendidos en el desorientador archipiélago de la infosfera, de las nuevas espiritualidades, del posteísmo, de lo poshumano.
En todas partes se han multiplicado en estos años también las revisiones de los manuales escolares: ante todo, desde luego, los de Religión, pero también los de otras asignaturas, como Literatura, Historia y Geografía, Derecho, Filosofía y Arte. Se trata de una revisión de manuales que, a propósito de las confesiones cristianas o de las otras religiones, refieren a menudo informaciones sumarias e incompletas, materiales parciales o selectivos con valoraciones abusivas y discriminatorias; manuales con razón criticables por no estar actualizados sobre las investigaciones religiosas más recientes en los campos histórico, bíblico o teológico. En algunas universidades europeas los estudios humanísticos dejan sitio a los Religious Studies o a asignaturas aferentes al universo religioso. Estas bienvenidas revisiones de los currículos científicos y de los instrumentos didácticos forman parte de los efectos positivos de un pluralismo religioso que acelera el fin de las hegemonías monorreligiosas del pasado.
En una palabra, asistimos al surgimiento de nuevos estudios religiosos y de ciencias humanas en la formación académica
Por otra parte, no resultan sorprendentes ciertas constataciones hoy ampliamente compartidas no solo por la comunidad científica, sino también por las Iglesias cristianas de Europa y fuera de ella: el cristianismo, culturalmente hablando, se ha convertido en religión de minoría; la práctica religiosa sigue fragmentándose en un cambiante escenario de nuevas espiritualidades paracristianas; en las aulas escolares de todo el continente confluyen generaciones de alumnos de las más variadas identidades religiosas; con la complicidad del analfabetismo religioso crecen fenómenos anormales y violentos como el antisemitismo, la islamofobia y hasta el anticristianismo; el fenómeno inicial de pluralismo religioso se ha convertido hoy en una “hiperdiversidad” escolar extendida e irreductible. He aquí la razón por la cual los docentes de Religión han entrado en una época de metamorfosis sistémica y ya no solamente de cambios ocasionales. Es sabia la normativa inglesa que prevé la revisión de los propios syllabus de cultura religiosa cada cinco años. Mientras que en Francia se lamenta el fin de la cultura religiosa, en Austria nace un hermanamiento pedagógico entre cristianos y musulmanes. A pesar de una hegemonía monocultural que ha durado hasta el presente, también en el territorio italiano se abren finalmente asignaturas de Ética no Confesional. En estos meses, expertos de varias creencias cristianas están reescribiendo la nueva Charta œcumenica para la Europa de las próximas décadas. Todo según esta consigna: “Si no conoces las otras religiones, tampoco conoces bien la tuya”.

