Soñamos una asignatura de religión valorada, respetada y normalizada
Entrevista a Ignasi Díaz, presidente del sindicato PREC en Cataluña. Nos habla sobre su visión de la asignatura de religión, nos cuenta su percepción acerca de la situación del profesorado en Cataluña y analiza las principales reivindicaciones del sindicato.
El papa Francisco nos invita a una «Iglesia en salida» y recientemente a un «Pacto Educativo Global». Ambas invitaciones cobran especial relevancia en un momento como el actual, en el que se debate una nueva ley educativa. Al hablar del concepto de «en salida» a veces podemos caer en cierta superficialidad que termina siendo vaga y poco operativa.
En esta entrevista nos acercamos a Barcelona para hablar con Ignasi Díaz, presidente del sindicato PREC y profesor de religión. Nos comenta la situación del profesorado en Cataluña, las reivindicaciones de su sindicato y sus expectativas en relación a la asignatura de religión.
A lo largo de la entrevista Ignasi marca la «identidad y la misión» como los rasgos clave de una asignatura de religión que aspira a ser «en salida»: «vocación evangelizadora y profesionalidad y calidad pedagógica a la hora de concebir e impartir la asignatura». Pone de ejemplo el modelo finlandés de educación donde la impartición de enseñanza religiosa está normalizada porque tienen claro que «la asignatura ofrece una respuesta a la pregunta sobre el sentido de la vida» y porque «ayuda a integrar a los inmigrantes en tanto en cuanto se los acoge en su integridad.»
¿Cómo ves la asignatura de religión? ¿Cuáles crees que son sus retos principales?
La asignatura de religión sufre un bullying constante, y parece que con ella se pueda hacer lo que se quiera. Algunos la confunden con la catequesis, perdiendo su naturaleza académica y cultural; otros la convierten en “Cultura religiosa”, transformándola en un instrumento para el adoctrinamiento en el relativismo religioso; otros la utilizan como moneda de cambio para defender los conciertos de determinadas escuelas; otros la reducen a una educación en valores; otros ni la imparten habiendo sido propuestos por la autoridad eclesiástica y contratados por la administración para impartir la asignatura.
Por este motivo, creemos que el principal reto sería el de recuperar la “dignidad” de la asignatura y, para ello, es necesario que los que tienen puestos de responsabilidad para liderar ese cambio lo quieran y estén capacitados para llevarlo a cabo. Y lo querrán en primer lugar, en tanto en cuanto, reconozcan que la educación religiosa es un deber/derecho fundamental de las familias que debe ser respetado por todos.
Y en segundo lugar, es fundamental “empoderar” a los padres y ayudarlos a organizarse para que puedan defender eficazmente sus derechos. Los padres de la concertada lo tienen más fácil, puesto que tienen a los titulares de los centros que pueden liderar las reivindicaciones. En cambio, las familias de los alumnos de religión de las escuelas públicas lo tienen mucho más complicado y dependen, en gran medida, del compromiso de las Delegaciones Diocesanas de Enseñanza, que se encarna -por ejemplo- en la promoción de iniciativas como “reliesmas”.
¿Hay alguna diferencia en la situación del profesorado de religión en Cataluña respecto al resto de España? En caso de haber, ¿cuáles?
Creo que hay dos diferencias importantes. En primer lugar, en Cataluña no se está ofreciendo la asignatura en todos los centros, algo que no sucede en la práctica totalidad de CCAA. Desde 2018, el PREC viene denunciando que esta situación afecta a más de 700 centros públicos.
Por otro lado, resulta que existe -en muchos casos- una desproporción entre el tipo de jornada (completa o parcial) y el número de alumnos y de horas de religión que se imparten. Existen casos muy graves en los que profesores son contratados a jornada completa y no imparten ni una hora de la asignatura de religión. Esta situación ha conducido a muchos profesores a encontrarse en una situación de máxima precariedad, puesto que la normativa prevé que exista una correlación entre la jornada del contrato y el número de horas de religión que se imparten.
Desde el PREC entendemos que la solución pasa, en primer lugar, porque se garantice la oferta de la enseñanza religiosa en todas las escuelas, en todas las etapas, y con el número de horas que determina la normativa. Y en segundo lugar, por una reestructuración que garantice el puesto de trabajo de todos los docentes, a la vez que se garantiza el derecho a la enseñanza de la religión de los alumnos de las familias que lo han pedido.
¿Ha habido evolución en el trato al profesorado de religión por parte del Gobierno de la Generalitat? ¿De qué tipo?
Como decía anteriormente, la situación actual es aparentemente muy buena pero muy precaria en la realidad. Muchos profesores, incluso con jornada completa, han ido cediendo horas de religión para impartir otras asignaturas sin que su contrato se haya visto afectado. Estos profesores, muchas veces por miedo a represalias, no han defendido la asignatura sin darse cuenta de lo que realmente estaban perdiendo es el fundamento legal de su puesto de trabajo: “Pan para hoy y hambre para mañana”.
Este es el motivo por el que desde el PREC vemos urgente una reestructuración y que se garantice la oferta en todos los centros en las condiciones que determina la ley.
En Cataluña, ¿se da una presencia significativa de alumnos de otras religiones en la asignatura de religión católica? En caso de ser así, ¿cómo se gestiona?
En primer lugar deberíamos diferenciar entre la asignatura en los centros públicos y en los centros religiosos, generalmente concertados. En los centros públicos, mayoritariamente los alumnos que la cursan son cristianos, ya sean católicos o protestantes (una minoría). En las escuelas religiosas concertadas, la mayoría son
católicos.
Desde el sindicato PREC, por coherencia y fidelidad a los principios de la democracia y a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, defendemos que también debería garantizarse la enseñanza de la religión evangélica, musulmana y judía para los alumnos de las familias que así lo quieran (Amoris Laetitia 84, del Papa Francisco). De hecho, nos parece muy positivo que este curso se haya iniciado en Cataluña la enseñanza de la religión islámica en algunos centros. Gracias a esta novedad, ahora los “ultra-laicistas” lo tiene más complicado para seguir difundiendo la “fake new” de que la “clase de religión es un privilegio de la Iglesia católica” que se remonta a los tiempos del franquismo.
El curso pasado tuvimos la oportunidad de colaborar en la promoción de una mesa redonda organizada en la Universidad de Barcelona y dedica a la enseñanza religiosa en la que pudo participar una profesora de religión católica de Finlandia , cuyo sistema educativo es un referente mundial por su calidad y resultados. Allí está normalizada la impartición de las diferentes asignaturas confesionales de religión: la protestante, la católica, la musulmana… A las asignaturas de religión se les da tanta importancia que incluso se organizan charlas de concienciación para los profesores de todo el claustro. ¿Por qué? Porque tienen claro que la asignatura ofrece una respuesta a la pregunta sobre el sentido de la vida, tan necesaria en una sociedad nihilista, y por otro lado, porque ayuda a integrar a los inmigrantes en tanto en cuanto se los acoge en su integridad, valorando lo que ellos valoran: en este caso la educación religiosa. De esta manera también se evita que los jóvenes puedan caer en las redes del fanatismo y del terrorismo pseudo-religioso. Aquí todavía estamos a años luz.
¿Cómo se podría aterrizar el concepto de “Iglesia en salida” en la asignatura de religión?
Para una “asignatura de religión en salida” se debe garantizar que el profesorado tenga su identidad y su misión clara: vocación evangelizadora y profesionalidad y calidad pedagógica a la hora de concebir e impartir la asignatura.
¿Cómo resuena en la asignatura de religión el “pacto educativo global” al que nos ha invitado el papa Francisco el 15 de octubre?
En general, nos da la impresión que con el pontificado del Papa Francisco está sucediendo algo parecido a lo que sucedió en el post-concilio, es decir, que la mayoría conoce el “espíritu de Francisco” pero muchos desconocen “la letra” de su Magisterio.
Dicho esto, en lo que se refiere al “pacto educativo global” creemos que sería importante que se aplicara empezando desde abajo: un pacto que empiece porque los padres vayan a la una en la educación de sus hijos y no deleguen este deber/derecho totalmente en la escuela; un pacto entre escuela y familias; un pacto entre profesores de religión y entre los sindicatos que les representan; un pacto entre delegaciones diocesanas de enseñanza y profesores de religión; un pacto entre los mismos delegados de enseñanza; un pacto en materia educativa entre las diferentes confesiones religiosas… En fin, no empezar “la casa per el tejado” en la aplicación del “pacto educativo global”. En palabras del Papa del pasado 15 de octubre en la presentación de este gran pacto: «No debemos esperar todo de aquellos que nos gobiernan [los de arriba], sería infantil».
¿Cómo sueñas la asignatura de religión dentro de 10 años?
La soñamos valorada, respetada y normalizada, cosa que no sucede actualmente. En ello trabajamos para que el sueño se haga realidad, con la ayuda de Dios.
SINDICATO PREC
¿En qué se diferencia el PREC de los otros dos sindicatos de profesores de religión de Cataluña?
Por un lado, nosotros somos el único sindicato que tenemos claro que nuestro futuro laboral depende de la defensa de la asignatura en su naturaleza confesional. Y por otro lado, somos el único sindicato liderado por docentes en una situación “precaria”, lo que nos permite entender mejor a los docentes que más sufren desde el punto de vista laboral.
El PREC es un sindicato “pequeño pero matón”, que diríamos vulgarmente, que no se mueve por cálculos electorales sino buscando el bien común. Los pocos recursos que tenemos, nos dan un rendimiento extraordinario. Sin tener ningún delegado sindical, con mucho trabajo no remunerado y con la ayuda de Dios, nuestras iniciativas acaban en el orden del día de la mesa de diálogo de los delegados de los otros sindicatos y de la Consejería de Educación. ¿Qué más podemos pedir?
¿Cuáles son las principales reivindicaciones de PREC en este tiempo?
La primera de todas, es la defensa de la identidad confesional de la asignatura frente al proyecto de sustitución de la misma por una asignatura obligatoria de “Cultura religiosa”. Con la implementación de la enseñanza de la religión islámica en las escuelas públicas de Cataluña se ha conseguido detener, por el momento, ese proyecto de imposición de una asignatura de “Religión para todos”. Nuestro reto es que no suceda como en el Quebec canadiense, donde se suprimió la enseñanza de la religión católica ¡incluso en las escuelas católicas!
La segunda de nuestras principales reivindicaciones, es la lucha contra la precarización de la contratación del profesorado. Hace un año iniciamos la batalla judicial y ya ha dado sus frutos con tres sentencias que condenan a la Consejería de Educación catalana por contrataciones en “fraude de ley”. La Generalitat las ha recurrido y estamos a la espera de que se pronuncie el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Nos hemos propuesto, para este curso, llevar el caso ante la inspección de trabajo si la Consejería continúa con esta práctica que ha condenado a la precariedad a más de 200 profesores de religión desde hace años.
Otras de nuestras reivindicaciones son: acabar con el “déficit horario”; que se garantice la oferta de la asignatura en todas las etapas, es decir, también en Infantil, Bachillerato y en la Formación Profesional…
En cuanto a la problemática del “déficit horario”, nos parece muy conveniente que el cuerpo del nuevo currículum de religión y moral católica que deberá aprobarse en la implementación de la LOMLOE, se vea notablemente aumentado con el fin de que se pueda garantizar una enseñanza de la religión “accesible y de calidad” (Amoris Laetitia, 84), por lo que pueda ser “equiparada al resto de asignaturas fundamentales” y para que pueda ser avalado por el Tribunal Supremo un supuesto recurso contencioso-administrativo si el número de horas que se le acaba asignando es insuficiente, como sucede actualmente.
La Conferencia Episcopal Española ha lanzado una propuesta de asignatura de Religión al Gobierno, ¿cómo se valora desde PREC esta propuesta? ¿Cómo pensáis que va a reaccionar el Gobierno ante esta propuesta?
Creo que la propuesta ha cogido con el pie cambiado a todos: familias, profesores, escuelas… El fondo de la propuesta parece interesante: un “ámbito” educativo común que haga de paraguas a las diferentes enseñanzas de la religión y a la asignatura alternativa, también llamada “espejo”. Algo parecido a la LOCE pero, en cierta manera, renegando del término “religión”, en pro del de “valores o creencias”.
La “Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza” (LOCE) establecía una asignatura general para todo el alumnado denominada “Sociedad, cultura y religión”, con un itinerario confesional (católico, evangélico, islámico o judío) y otro no confesional.
En Cataluña, desde 2015, la asignatura de religión ya se circunscribe al “ámbito de valores”, con un resultado muy negativo puesto que únicamente ha servido para que los enemigos de la asignatura puedan invisibilizar todavía más su presencia en el sistema educativo catalán.
Por otro lado, nos preocupa mucho lo que hemos leído en un diario digital con bastante tirada. Dice que la propuesta de la CEE podría convertirse en moneda de cambio en favor de la defensa de los conciertos: “Aunque el Gobierno aún no ha respondido a la propuesta, fuentes consultadas por el Diario.es valoran la iniciativa del Episcopado, que puede servir para «cerrar frentes de batalla» y que podría generar alguna contrapartida para la escuela concertada. Por el momento, ya se ha filtrado que el Gobierno no gravará con el 21% de IVA a la enseñanza concertada, y está por ver si hay algún tipo de tasa a los colegios” (25 de octubre de 2020).
Si a esa noticia le unes la preocupación del Papa Francisco respecto a la posible tentación en la que podrían caer los obispos de llegar a “acuerdos debajo de la mesa”, tenemos motivos para estar preocupados: “Sean por lo tanto Obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso. No le tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los carros y caballos de los faraones actuales, porque nuestra fuerza es la «columna de fuego» que rompe dividiendo en dos las marejadas del mar, sin hacer grande rumor (cf. Ex 14,24-25)” (Encuentro con los obispos de México – 13/02/2016). En todo caso, confiamos y rezamos para que nuestros Pastores no caigan en este tipo de tentaciones.
En cuanto al cómo va a reaccionar el Gobierno ante esta propuesta, nos iría bien una “bola de cristal”…, pero como no la tenemos, lo mejor será rezar y que Dios nos coja confesados.