Un poco sobre el recorrido
Hace treinta cursos, comencé mi andadura como profesor de Religión y sigo en el mismo instituto público: IES Cardenal Cisneros, contento y agradecido. Religión siempre ha sido un desafío lleno de realidades y situaciones nuevas, de ningún modo para permitirse estar ajeno a las inquietudes de los jóvenes. Desde hace muchos cursos, un grupo de profesores de Alcalá, a través de diferentes iniciativas, hemos buscado nuevos caminos, convencidos de que la clásica clase magistral no tenía contacto con la realidad. Religión debía tener una dinámica diferente al resto pero, a su vez, ser homologada académicamente, sin dejar lugar a dudas sobre el valor y consistencia pedagógica desde su propia identidad.
Entre las experiencias probadas: Semana de Cine Espiritual, Camino de Santiago y caminitos a lugares cercanos en fin de semana, cursos de monitores de tiempo libre, voluntariados solidarios, apoyo escolar solidario, recogida de alimentos para Cáritas, el Día del Alumno, etc.; todas estas iniciativas coordinadas dentro de la Red de Aulas Solidarias, que nosotros mismos iniciamos y gestionamos (diez institutos y nueve colegios de Primaria).
En resumen, todas muy interesantes, pero siempre faltaba algún elemento no detectado. Para el ámbito del instituto, se veía bien que el profe de Reli hiciese estos “voluntariados” con los alumnos. Las expresiones: “Qué bien lo que hacéis”, “qué majos los alumnos”; o los más críticos: “Mucho de valores pero poco de religión”, “eso es activismo”, “clase de Religión de verdad era antes”, etc. Cosas que cualquier profe de Reli entiende y vive su realidad entre estas dos tensiones: “Dar todo el currículo” o “atraer a los alumnos”. Detrás, siempre, estaba la búsqueda de una fórmula más integradora, más consciente, más coherente con la asignatura en sus aspectos de compromiso. La famosa pareja de la fe y las obras.
El encuentro con el aprendizaje-servicio
Hace tres años, comencé a hablar de esta realidad del aprendizaje-servicio, de este modelo integrador y multidisciplinar. Mi sorpresa fue tal que fue como la exclamación de Adán cuando vio a Eva, salvando las distancias: “Esta sí que es carne de mi carne y hueso de mis huesos”; esto es lo que esperaba y lo he encontrado.
El primer proyecto que cuajó fue “la maratón de donaciones de sangre”, planificado por Religión y Biología. Lo primero, una vez presentado y aprobado el proyecto de aprendizaje-servicio por la dirección y el consejo escolar: surge la necesidad de asociarse con las instituciones locales, y fueron apareciendo, progresivamente, la bolsa de voluntariado de Alcalá de Henares, el hospital universitario Príncipe de Asturias, el centro de transfusión de la Comunidad de Madrid. También incorporamos a los departamentos de Orientación, Tecnología, Lengua y Literatura, Música, Educación Plástica y Matemáticas. En total, ocho departamentos. Todo el proceso fue un subidón; la integración de los alumnos de 3.º de ESO: ellos también estaban entusiasmados. Cada departamento se veía contentísimo, porque estaba utilizando sus obligados y necesarios contenidos curriculares para un servicio a la comunidad. Ahora, resultaba evidente la necesidad de los aprendizajes para la vida y la sociedad.
También las entidades colaboradoras: bolsa de voluntariado de Alcalá de Henares; concejalías de Participación Ciudadana, Educación, Salud, Mayores, Deporte y Patrimonio; ciudad deportiva El Val, de Alcalá de Henares; Manos Unidas; hospital universitario Príncipe de Asturias; centro de transfusión de la Comunidad de Madrid; Facultad CCAFYDE de la UAH; Facultad de Medicina de la UAH; Sociedad de Condueños; centros de mayores de Alcalá de Henares.

Qué decir de los alumnos
Pues, siendo el tercer año, están implicados todos los cursos. Cada uno con un proyecto de aprendizaje-servicio; son los alumnos los que se entusiasman y ven las cosas en serio cuando se comprometen en el servicio concreto.
Desde la clase de Religión, es una alegría ver a los alumnos comprometerse en alguno de los equipos para llevar a cabo el servicio. En el aprendizaje-servicio, ellos son los protagonistas para llevar a cabo una experiencia de trabajo para una necesidad de la comunidad; en los equipos, hay especialistas de periodismo, charlas de motivación, coordinación, multimedia, redes sociales.
Desde el currículo de Religión
Supone llevar a los contenidos a su realidad en las obras de misericordia, en cada proyecto encaja perfectamente el contenido curricular; es más, el contenido curricular le da sentido al aprendizaje y al servicio a la comunidad. El proyecto que lleva siete años es el apoyo escolar solidario, donde los alumnos voluntarios de 4.º de ESO y Bachillerato ayudan a hacer los deberes y aclarar dudas a los alumnos de 1.º y 2.º de ESO.
Se trata de conocer las realidades sociales del entorno y mirarlas desde los criterios del Evangelio, investigar, asociarse, proponer y realizar una iniciativa que colabore con las entidades que ya están trabajando, supone educar en el compromiso social de los alumnos. El papa Francisco nos animaba a: pensar, sentir y hacer, es la armonía de los tres lenguajes en el presínodo de los jóvenes el 19 de marzo de 1918. Se refiere a usar bien la cabeza, el corazón y las manos.
Para terminar
Me ha encantado encontrarme con el aprendizaje-servicio desde la clase de Religión. Un proyecto plenamente académico y de compromiso. Se ajusta a los contenidos de clase, porque es un programa que el profesor elabora con clase desde las expectativas de la asignatura. No estamos hablando de acciones puntuales ni de un voluntariado, estamos hablando de aprendizaje-servicio. Durante el presente curso, por ejemplo, estamos en los siguientes proyectos de aprendizaje-servicio, todos comenzados ya:
1.º de ESO Nuestros abuelos y las tecnologías.
2.º de ESO Los perseguidos refugiados.
3.º de ESO Maratón donaciones de sangre.
4.º de ESO II Olimpiada Solidaria.
1.º de Bach. Apadrina tu patrimonio: universidad cisneriana.
2.º de Bach. Sumisión química.