En un informe extremadamente detallado adoptado el trece de diciembre de 2023, el Parlamento Europeo vuelve a subrayar la prioridad estratégica de la enseñanza y de la educación con vistas a promover la calidad de las condiciones personales y socioculturales de las nuevas generaciones en Europa y en el mundo. El Parlamento invita a las instituciones europeas a intensificar la cooperación con todos los actores intervinientes a nivel local, incluidos los religiosos (Iglesias cristianas, otros credos, grupos humanistas, etc.). En particular, el Parlamento “condena cualquier uso de las escuelas y las instituciones educativas para difundir la incitación al odio; expresa su especial preocupación por las actividades de los grupos religiosos extremistas que abusan de la educación, aprovechando las deficiencias de los sistemas estatales y difundiendo visiones sesgadas del mundo, en particular entre los jóvenes”. El informe insiste en el papel esencial de la educación “como vector de valores compartidos”, como instrumento para la “reducción del riesgo de conflictos”, como “ámbito de la lucha contra el discurso de odio, la xenofobia”, contra toda discriminación debida a “la situación socioeconómica, el bagaje cultural, la religión y las creencias, el género, la orientación sexual”. Por otra parte, se pone también de manifiesto el papel de lugar de articulación y de diálogo que deben tener las estructuras de la Unión Europea frente a las autoridades locales democráticas, las organizaciones de la sociedad civil, las organizaciones de defensa de los derechos humanos, las organizaciones de las mujeres, de las familias, de los docentes, a fin de garantizar a todos los ciudadanos, en especial a los más desfavorecidos y vulnerables, las mejores condiciones de una educación de calidad para la persona, para toda persona.
