Jóvenes 2021, alumnos de ERE
El activismo social de los jóvenes se ha incrementado por internet y la espiritualidad aumenta su influencia en la vida de unos jóvenes cada vez menos religiosos. Son dos conclusiones del informe de jóvenes 2021.
El noveno informe general sobre juventud de la Fundación SM (Jóvenes españoles 2021. Ser joven en tiempos de pandemia), desarrollado en el marco de un trabajo más extenso junto con el Observatorio de la Juventud en Iberoamérica, nos ayuda a conocer a los estudiantes y a los alumnos de Religión. Revela datos significativos para nuestra profesión docente. Por ejemplo, los centros educativos aparecen en primer lugar entre aquellos lugares donde se dicen las cosas más importantes de la vida (35,6 %), por encima de la familia (30 %), de los amigos (26 %) y de internet (22 %); muy por encima de las iglesias o centros religiosos (3,9 %). Una amplia mayoría reconoce que su colegio les ha aportado muchas cosas importantes, en especial, educación en valores (68 %), conocimientos útiles (66 %) y aprendizaje para convivir democráticamente (61 %). Entre las cuestiones más importantes de la vida, después de la salud y la familia, está la educación, siendo un 96 % de los jóvenes los que la valoran mucho o bastante.
Este buen lugar de la educación en el informe de jóvenes 2021 es coincidente con los datos del Informe de la Religión en la escuela, de 2020, también de la Fundación SM. Casi el 90 % de los alumnos de Religión valora el estudio y la formación, así como la responsabilidad de sus familias en su educación.
En cuanto a la identificación religiosa, el informe 2021 confirma la severa tendencia de secularización. Solo en los últimos diez años, los jóvenes católicos se han reducido en más de un 20 %, pasando de ser la mitad de los jóvenes españoles a no alcanzar un tercio. Sin embargo, si ampliamos la consideración de religión a creencias, su influencia entre los jóvenes, como poco, se duplica. Entendiendo lo religioso desde una perspectiva amplia, como espiritualidad, este informe revela que está muy presente en la vida de los jóvenes.
En el caso del alumnado de Religión, el porcentaje de los que se autodefinen como católicos se eleva notablemente (68 %), respecto de este informe de jóvenes. El alumnado de Religión ateo es del 11 %, mientras que los jóvenes ateos en el informe de 2021 suben hasta el 25 %. Apenas el 3 % de Religión es de otras religiones, mientras que el dato de 2012 asciende hasta el 8 %.
El informe 2021 muestra que internet es una fuente de información importante para los jóvenes, que viven en las redes sociales, aunque está disminuyendo preocupantemente la importancia que atribuyen a los amigos y conocidos. En 2017, el 62 % consideraba que los amigos eran muy importantes en su vida; ahora, ese porcentaje desciende al 49 %. Los estudiantes de Religión confirman en un 97 % que utilizan diariamente las tecnologías, tanto para la información como para sus relaciones sociales.
Activismo y política
Los jóvenes se muestran preocupados por el medioambiente y más comprometidos con la política, pero muy distanciados de sus representantes en las instituciones. El 39 % muestra una alta implicación en el activismo en línea; sin embargo, participan bastante menos en acciones que necesitan de una mayor implicación personal. Por su parte, el alumnado de Religión de Secundaria eleva su activismo real hasta el 30 % en 2020, siendo ese porcentaje del 40 % en 2010. En cuanto al voluntariado, el alumnado de Religión también está comprometido hasta en un 27 %. Los jóvenes se sienten insatisfechos con las instituciones y con la clase política; aunque, a su vez, perciben la política como instrumento de cambio y transformación social. En el caso del alumnado de Religión de Secundaria, se mostraba preocupado por la política en un 49 %.
No creo que hubiera muchas dudas, pero estas evidencias del estudio 2020 sobre la enseñanza religiosa escolar (ERE) y del informe 2021 sobre jóvenes revelan, una vez más, que la escuela y las creencias constituyen valiosas oportunidades formativas en las que la enseñanza de la religión puede desplegar todo su potencial educativo y humanizador.
Revelan, una vez mas que la escuela y las creencias
constituyen valiosas oportunidades formativas