Cada vez más alumnos presentan necesidades educativas especiales
Los alumnos con necesidades educativas especiales han incrementado en más de 40000 con respecto a cursos anteriores.
Este mes de mayo han sido publicados, por el ministerio de Educación y Formación Profesional, los datos del alumnado que han recibido apoyo educativo el pasado curso 2019-2020.
Llama la atención ver el incremento del número de alumnos, 40000 más que en cursos anteriores, viendo cómo cada vez, más alumnos presentan necesidades educativas especiales.
¿Cuáles son esas necesidades?
El 70,1% ha necesitado apoyo, por parte del equipo de atención a la diversidad debido a: trastornos de aprendizaje (tales como la dislexia, la discalculia, trastorno específico del lenguaje, etc.), desventaja socioeducativa o altas capacidades, entre otros.
Tan solo el 29,9%, presenta necesidades derivadas de un trastorno grave.
Dentro de estos datos podemos encontrar una mayor prevalencia en niños que en niñas, debido, entre otras circunstancias, a las características cromosómicas de los varones.
De ellos, 185.854 alumnos, un 83% del total, son atendidos en centros ordinarios. Dentro de este colectivo la gran mayoría de necesidades son debidas a trastornos graves de conducta o de personalidad (98,3%); discapacidad auditiva (94,9%) y discapacidad visual (94,9%).
Mientras que los centros de educación especial, atienden a 38.068 alumnos y alumnas, con necesidades graves, donde la causa más frecuente es la discapacidad intelectual (actualmente denominado por el CIE-11 trastorno del desarrollo intelectual) y los trastornos generalizados del desarrollo (el CIE-11 lo recoge como Trastornos del Espectro Autista), así como trastornos motores y plurideficiencias, lo cual nos esboza la gran diversidad que también hay en los centros de educación especial.
En la práctica docente
Este informe dibuja un paisaje en nuestras aulas de gran heterogeneidad, aunque únicamente se base en los diagnósticos que presentan nuestros niños y niñas, y no en tantas otras necesidades y fortalezas.
La diversidad de nuestro alumnado es una característica innegable y habitual de nuestras aulas, que debe ser asumida por el profesorado con criterios de normalización e inclusión.
Para ello, las administraciones educativas deben dotarnos de los medios y las oportunidades formación necesarias, que permitan dar una respuesta de calidad de manera directa a 750.000 alumnos y alumnas, y de manera indirecta a toda la comunidad educativa, pues la diversidad es un valor enriquecedor para toda sociedad.
Por nuestra parte, debemos esforzarnos por formarnos en nuevos postulados teóricos como el diseño universal para el aprendizaje (DUA) y nuevas metodologías como la gamificación o el aprendizaje y servicio, que dan respuesta al compromiso de brindar una educación inclusiva, procurando opciones para responder a las diferentes formas de acceder, procesar, desarrollar y guardar la información, en definitiva, a las diversas formas de aprender, superando las etiquetas de un diagnóstico.