Espiritualidad y modelos de ERE
La presencia de la espiritualidad en la sociedad, aun con un decrecimiento de confesiones, deja un panorama marcado por la división de dos modelos en América Latina: confesional no confesante y no confesional no confesante.
Los cambios que se fueron produciendo en las sociedades modernas en relación a la afiliación religiosa y al modo de concebir la religión no excluyen la búsqueda de la espiritualidad. El cultivo de esta dimensión puede estar más cerca de una creencia religiosa y ser expresión del encuentro con la trascendencia o puede hallarse también en el polo opuesto en aquellas personas que se definen como no religiosas, pero sí espirituales. Los modelos de enseñanza religiosa escolar en América Latina son reflejo de estas concepciones acerca de la espiritualidad, y muestran el modo en el que se comprende esta dimensión según asuman un carácter confesional o no confesional.
Diversos estudios presentan los cambios que se van dando en las opciones religiosas de los latinoamericanos, que muestran un decrecimiento general de la religión católica, pero manteniéndose una importante presencia pública de la religión. En este contexto se inscribe la aceptación por parte de la mitad de los países de algún tipo de enseñanza religiosa en las escuelas de gestión estatal. Del análisis de sus legislaciones se pueden reconocer dos modelos presentes en enseñanza religiosa escolar que surgen de la distinción que puede realizarse en función de la confesionalidad de los contenidos que se dictan, así como de la opción confesional que se supone o busca en los destinatarios. Estos dos modelos son el confesional no confesante, que es una propuesta confesional en sus contenidos, pero que no busca que el estudiante confiese esa fe o religión, y el no confesional no confesante, que no asume la enseñanza de una religión en particular, por lo que no es confesional en sus contenidos ni tampoco aspira a la confesionalidad de los alumnos.
Esta breve distinción sirve para enmarcar el modo en el que se concibe a la espiritualidad como un aspecto a desarrollar en esta formación y el lugar que se le asigna en la enseñanza religiosa escolar. Para ver esta presencia, es interesante analizar como ejemplo el caso de Bolivia, en el que conviven el modelo no confesional no confesante en el currículo oficial de enseñanza religiosa y el modelo confesional no confesante que es que propone la Iglesia católica, ya que la formación que se ofrece en el currículo nacional se puede complementar con la formación religiosa de cada Iglesia, según la religión que escojan los padres de familia, no solamente en las escuelas confesionales, sino también en las escuelas públicas.
Esta breve distinción sirve para enmarcar el modo en e que se concibe a la espiritualidad
Currículo boliviano
El Currículo Base del Sistema Educativo Plurinacional organiza su estructura curricular en campos y áreas de saberes y conocimientos y en ejes articuladores. Dentro de los campos de saberes y conocimientos, se encuentra el denominado “Campo de cosmos y pensamiento”, que contiene el área de “Espiritualidad y religiones”. En la propuesta no confesional, la espiritualidad se comprende como parte del ser humano en su relación con el todo y se la define como “el pensamiento que relaciona entidades materiales y supramateriales; implica entender a las personas, manifestándose en sentimientos, formas de ver y de actuar a través de normas ético-morales expresadas en las relaciones sociales con la madre Tierra y el cosmos (mitos, ritos, música, tecnologías y otras expresiones culturales)”. En este modelo, el interés es que se reconozca esta dimensión sobre todo para la compresión de la diversidad de sus manifestaciones en pos de la construcción de un estado plural. En la oferta confesional, en cambio, se presenta a la espiritualidad cristiana como “el seguimiento a Jesucristo que se da a partir del encuentro personal con él que es la verdad, la conversión permanente ante la verdad absoluta”, asociándola a la adhesión personal a un Dios trascendente y, por tanto, también un modo de vida acorde a sus enseñanzas.
Queda por delante la reflexión acerca de si alguna de estas concepciones debería tener preminencia sobre la otra en la educación de gestión estatal o si existe la posibilidad de combinarlas para que aquellos que adhieren a una confesión religiosa puedan comprender las otras búsquedas espirituales, y viceversa.