¿Cuántas veces dijiste “gracias” ayer?
El regalo más hermoso que se nos han ofrecido es la vida. La vida, desde el mismo instante de su inicio, se nos ha dado. El poder, la fuerza de la vida, nos inundó, nos sobrecogió, nos desbordó, nos hizo existir, nos “existió”. Hubo un mágico instante en el que antes de él no éramos y después de él empezamos a ser. Por ese instante creativo, creacional, estamos aquí. Todo se nos ha dado. Todo es un regalo.
Desde el mismo momento de nuestro nacimiento, de nuestra llegada a este estilo de vida, todo se nos ha dado. Nacemos sin nada, la piel desnuda es nuestro límite. Cuando llegamos nos acogen, nos abrigan, nos cuidan, nos miman. Abandonados a nuestra frágil vulnerabilidad dejaríamos de ser transcurrido poco tiempo.
Hemos llegado solos, pero el amor y la ternura de otros nos hacen sentir pertenecientes a algo más. Ya no hay soledad, hay sociedad que abre sus brazos para recibirnos.
Venimos sin nada en nuestras manos. Nuestras manos torpes y vacías se llenan de regalos, de presentes, de besos… No hemos hecho nada y, aun así, tenemos de todo. Todo se nos ha dado. Todo es un regalo.
Toda una estructura de beneficios sociales nos protege y está a nuestro servicio, en esta parte del mundo. Nosotros no hemos hecho nada para conseguir todo eso, pero tenemos el privilegio de disfrutar de lo que otros han logrado y, muchas veces, con mucho esfuerzo. Todo se nos ha dado. Todo es un regalo.
Tenemos la posibilidad de acceso a la cultura. Nos envuelve un ambiente social de inmensas posibilidades… y todo se nos ha dado.
La Naturaleza nos mantiene en vida. El sol, el agua, el aire… todo es un regalo. Ellos son imprescindibles y posibilitadores de nuestra vida y no hemos tenido nada que ver en la existencia de esos elementos vitales para nosotros. La tierra por la que transitamos nos sustenta, nos alimenta, nos acoge. Todo se nos ha dado.
Nuestra vida, desde niños, depende de los demás, está conectada a los demás, a otras personas, al mundo, a la Naturaleza. Tenemos la seria obligación de colaborar en la formación de una sociedad armoniosa y equilibrada receptora de nuevas vidas. Todo se nos ha dado. Todo es un regalo.
La naturaleza nos evoca generosidad: “Los ríos no beben su propia agua; los árboles no comen sus propios frutos. El sol no brilla para sí mismo; las flores no esparcen su fragancia para sí mismas. Vivir para los otros es una regla de la naturaleza.”
Solamente hay una palabra que tiene que salir de nuestros labios, después de haber brotando de nuestro corazón: GRACIAS. Todo se nos ha dado. Todo es un regalo. GRACIAS. Ayer te regalaron 86.400 segundos, ¿Cuántas veces dijiste “gracias”?