Emocionar en lo físico y lo virtual
Publicado en el número de Noviembre de 2020
La pastoral está entre los muchos retos escolares que abordar este curso. La pastoral escolar se está reinventando en este tiempo en el que el contacto no es posible. La pastoral tiene como objetivo acoger a la persona y presentarle la propuesta cristiana de humanizar la vida. Su sustrato es el encuentro entre la comunidad educativa, que es relación y conlleva tiempos de compartir, de disfrutar y de experimentar. Estas vivencias son difíciles de desarrollar en contextos como el actual. El reto de la pastoral escolar está en rediseñar las experiencias pastorales que emocionen desde la alegría también en otros formatos que no sea el físico. Puede suceder que los equipos pastorales se bloqueen porque la pastoral no puede llevar a cabo las actividades que normalmente se realizan. Para que no suceda esto, es interesante ampliar la mirada, pues la pastoral no es solo hacer actividades, sino crear cauces de encuentro hacia Jesús y la experiencia creyente. Esos cauces pueden construirse con la presencia, con generar un clima de acogida y confianza.
Y la presencia no se define solo por el encuentro físico. Se pueden diseñar experiencias que sean en diferido o en formato digital desarrollando esta presencia. Se puede crear clima cuando comunicamos mensajes que emocionan el corazón, cuando provocan preguntas y cuando nos dejan con las ganas de reencontrarnos de nuevo. Aportar calidez a la presencia del tipo que sea, pues la vida creyente no se ha detenido. Es decir, recuperar la ortopatía de la buena noticia, un término usado por Jon Sobrino para definir el Evangelio. El Evangelio es gozo, incluso en tiempo de COVID-19. El Evangelio es nuevo y renovado espacio de confianza, y no un constructo teórico que se derrumba porque no se puede hacer lo que siempre se hizo así. Tenemos la oportunidad de recrear una pastoral de encuentros (físico, o virtuales) que emocionen y aporten alegría a la vida de la comunidad educativa.