Los sherpas: acompañar, orientar, inspirar…
La prehistoria ocupa, en el tiempo, siete veces más que el resto de la historia y, sin embargo, sabemos muy poco de ella. Visualicemos, por un momento, el arte de las cuevas prehistóricas: los bisontes, los hombres cazando, las lanzas… Hay hipótesis, más o menos arriesgadas, que dicen que lo que hizo posible esos dibujos fue la necesidad de ver la cacería antes de que ocurriera, de plasmar lo que aquellos hombres deseaban que ocurriera. Lo soñaban, lo anhelaban, lo dibujaban y después lo ejecutaban. A pesar de ciertos matices mágicos, ya hace más de 10.000 años algunos de nuestros antepasados comprendieron que la visión de futuro conduce al éxito. Así, la primera premisa para conseguir lo que queremos es saber qué queremos y qué horizonte nos hemos marcado. La diferencia entre los buenos y los no tan buenos estudiantes, alumnos, aprendices… no se basa en el nivel intelectual o social, sino en su perspectiva de futuro. Los buenos alumnos se plantean su futuro y creen que hay relación entre lo que desean, aquello de lo que se responsabilizan y lo que va a suceder. Ya sabemos lo que le dijo el gato de la eterna sonrisa a Alicia, la del país de las maravillas: “Si no sabes a dónde vas, ningún camino te llevará allí”.
Nuestra gran labor como educadores: dotar de visión de futuro sobre su propia vida, a nuestros alumnos, acompañarles en el camino y después sentirnos orgullosos del lugar al que han llegado, que será aquel que visionaron y con el que se comprometieron. ¡Todo un reto!
Y, ¿cómo hacer ese acompañamiento? Pues, al modo en que lo hacen los sherpas.
Los sherpas son una de las etnias que habitan las regiones montañosas de Nepal, en el Himalaya. Debido a su importancia como guías el término se ha ampliado a cualquier guía del Himalaya. Ellos acompañan en el camino, le recorren contigo, pero no pueden hacerlo por ti. Algunos te llevaran la carga para hacer más ligero el trayecto, a modo de porteadores; otros caminaran unos pasos por delante de ti o unos pasos por detrás (depende del tramo y de las características del mismo); te alertaran de posibles dificultades; anticiparán posibles problemas y obstáculos… Los sherpas representan el símbolo y modelo de acompañamiento más auténtico. Mira por qué:
¿Qué les define?
- Los sherpas conocen perfectamente el terreno, por eso son buenos guías.
- Han hecho el camino antes que tú, por eso conocen sus posibilidades y sus dificultades.
- Hacen el ascenso más seguro y fácil y te ayudan a llegar a la cumbre, pero el ascenso es el ascenso y nadie lo puede hacer por ti.
- Son grandes coordinadores, que supone visionar, anticipar, planificar.
- A pesar de su vital importancia, muchas veces parece que no están, parecen invisibles, pero permanecen, en la luz o en la sombra, permanecen.
- Son empáticos porque les es fácil entender lo que está viviendo el otro, por lo que está pasando. Ellos ya lo han vivido, sentido y, en ocasiones, sufrido.
De visionarios prehistóricos a guías para alcanzar la cumbre. ¡Vaya saltos espacio-temporales que se nos piden, a veces, a los educadores!