Con un mes caminado ya, después de las vacaciones, y sintiendo con fuerza que las volvemos a necesitar, nos afanamos en exceso en muchas cosas y se nos va la vida, no siempre dónde deberíamos. ¿Has pensado a qué dedicas tu energía? ¿Y tu tiempo? Porque eso en lo que lo gastes, en eso estás gastando tu vida. Recuerda aquello de: “allí donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. Lo que nos sucede, a menudo, es que nos despistamos. Y vivimos intensamente, pero no enfocados, no siendo conscientes, demasiado en modo automático. Y se nos va la vida en ello y se nos queda lo importante en el apartado de “pendientes”. Nada nos está prometido para mañana, así que revisa tus qué pendientes, de tus quiénes pendientes, de tus dóndes pendientes… y si son tesoros, pon en ellos alma, vida y corazón y acomételos, atiéndelos, tráelos a tu momento presente.
Porque esto de vivir, ¿sabes de qué va?
Esto va de sentir el sol en verano, cálido, envolvente y también abrasador, sofocante, ahogador. El sol del verano y el del otoño, el del invierno y el de la primavera.
Esto va de disfrutar la tormenta veraniega como preludio y esperanza de lo que está por venir, pero que aún no es tiempo para ello. También va de disfrutar la fría borrasca del invierno que te cala hasta los huesos y de la que quizá no deberíamos protegernos tanto. ¡Es agua, es vida!
Esto va de momentos de alegría y risas y sonrisas y también de travesías de lágrimas y tristezas y nostalgias.
Esto va de la culpa o la pena por el ayer, de lo vivido y celebrado con la certeza de que ya no volverá y también va de las nubes negras que nublan el mañana y anticipan horrores que nunca se cumplen. Va de eso y de conectar con el momento presente y saborearlo y acurrucarse en él. Ese, el presente, es tu gran regalo, tu gran tesoro.
Esto va de montañas altas y escarpadas y de mares inmensos e infinitos y también de asfalto y ruido y dureza.
Esto va de vidas soñadas, de vidas truncadas y también de vidas vividas, acogidas, agradecidas, contempladas y fluidas.
Esto va de amigos, de los que vienen y van, de los que se alejan, de los que se quedan, de los nuevos, de los de siempre, de los que permanecen…
Esto va del amor, construido a cada rato, valorado en las ausencias y hastiado en las presencias, pero siempre apasionado.
Esto va de la vida brotada, cuidada y que vuela para generar nueva vida.
Esto va de raíces fuertes, potentes y también de raíces que se debilitan y a las que hay que sostener en su hondura.
Esto va de vidas de ensueño y vidas de espanto, de cómo vivirlas y de cómo pelearlas, afrontarlas y amarlas.
Esto va de viajes y vuelos y también de quietud y silencio y pausa y parada.
Esto de va de vivir o de morir. Porque la muerte es parte de la vida y no siempre queremos verlo, aceptarlo y visibilizarlo.
Lo de vivir va de esto y de mucho, mucho más, ¿no crees?
Pues, vive, con todo eso y con lo que la vida te traiga que no siempre será grato, pero ¡vive!