Por: Junkal Guevara
El proyecto nos ha obligado a diseñar, pensar y desarrollar de forma conjunta una asignatura que llamamos “El Mundo de la Biblia”; que cada uno de nosotros desarrolla en su facultad y que, durante quince días, se convierte en una clase presencial en las distintas excavaciones, lugares de memoria e itinerarios del territorio de Israel. Pueden pensar algunos que los proyectos docentes no tienen hueco en la universidad y, sin embargo, resultan también un desafío para nosotros en un mundo en el que la construcción del saber es interdisciplinar, la perspectiva del conocimiento ha de ser plural y la docencia ha de esforzarse por conectar con las líneas que iluminan la educación de sistema obligatorio y posobligatorio. Así que ya veis; los teólogos docentes necesitamos de todas vuestras estupendas ideas para trabajar por proyectos, y para avanzar en un estilo de docencia a la altura del tiempo en el que vivimos.
Por otra parte, la experiencia de inmersión en el mundo de la Biblia asoma a los estudiantes universitarios y los expone en la misma dirección que la competencia cuarta de la LOMLOE: “Explorar y admirar diferentes entornos naturales, sociales, culturales y artísticos disfrutando de sus manifestaciones más significativas y descubriendo sus valores cristianos, para desarrollar creatividad, sensibilidad estética y sentido de pertenencia”. Y, así, recorriendo este país, no solo conocemos el trasfondo del pasado de nuestra fe, sino que nos dejamos sorprender por la pluralidad del judaísmo; por la riqueza de las distintas iglesias cristianas aquí presentes (maronitas, coptos, etíopes, ortodoxos, católicos de todos los ritos, evangélicos, etc.); y por la fuerza del culto musulmán. De esta manera, nuestros alumnos se confrontan con las raíces históricas de la fe cristiana y descubren la cantidad de expresiones en las que esta se ha mostrado, dándose tiempo para pensar su pertenencia.
De una manera muy particular, el recorrido por la tierra de Israel permite entender que la llamemos “santa”, empapada de historias de entrega, peregrinaje, memoria, etc., y porque santa, “custodiada”; es decir, protegida, defendida y reclamada principalmente por la “Orden de los Hermanos Menores”, los franciscanos, custodios de los lugares santos y de la minoría cristiana ya desde tiempos de san Francisco, que en 1219 sorprendió al sultán por su talante humilde y dialogante, haciendo visible una Iglesia capaz de mantener sus lugares de memoria sin ofender, ni agredir, ni desposeer las memorias religiosas de otros. Por último, el recorrido por estas tierras hoy divididas, convulsas y dolientes es un desafío para pensar la fe y rescatar los valores cristianos que nos invitan “a vivir con otros en diversos contextos sociales, respetando la experiencia religiosa expresada en las culturas y desarrollando sentido de pertenencia que proporcionará actitudes de confianza en sus sentimientos personales y sociales”.
Reconciliación, concordia, custodia
Durante su peregrinación por estas tierras, el papa Francisco saludó al presidente de Israel, haciéndole notar que “en el Estado de Israel viven y actúan diversas comunidades cristianas. Son parte integrante de la sociedad y participan como los demás en la vida civil, política y cultural. Los fieles cristianos desean ofrecer, desde su propia identidad, su aportación al bien común y a la construcción de la paz, como ciudadanos de pleno derecho que, rechazando todo extremismo, se esfuerzan por ser artífices de reconciliación y de concordia”. Así que, mientras estoy sumergida en esta experiencia pedagógica, espiritual y vital, os animo a que aprovechéis la clase de Religión para asomar a los alumnos a los escenarios en los que se sitúa el pasado de su fe, a la tierra santa, pero también a la doliente situación de estas tierras que reclaman cristianos decididos a custodiarla como la familia de san Francisco, volcada en el esfuerzo por proteger sus lugares de memoria, y tantos otros que, en dramática minoría, tratan de contribuir a sanar sus heridas aportando los valores que el mismo Jesús enseñó precisamente aquí.
Los teólogos docentes necesitamos de todas vuestras estupendas ideas
para trabajar por proyectos