Cuidar lo frágil
Ya hemos publicado el número de enero de 2021 dedicado a la ética del cuidado.
El mismo día que cerrábamos este número, el PSOE rechazaba en el Senado seiscientas cuarenta y seis enmiendas para que la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE) no variase la redacción con la que salió del Congreso. Así las cosas, con la ley aprobada el veintitrés de diciembre y la publicación en el Boletín oficial del Estado, se activa el calendario de aplicación. Poco a poco, iremos conociendo sus desarrollos posteriores, estatales y autonómicos, y tendremos que ir asimilando el alcance pedagógico de una ley que propone una profunda revisión del currículo. Cuando toque, como en las reformas educativas anteriores, será necesario ajustar el currículo de la ERE al nuevo marco normativo. Desde la revista, intentaremos estar al servicio, como ya es tradición con cada cambio de ley, del profesorado, para informar de las novedades legislativas y pedagógicas. Este es uno de los ejes que enmarcarán la acción docente en el año que empieza.
El otro eje debería ser, a la luz de magisterio del papa Francisco y de los eventos que han marcado el camino de la humanidad el último año, contribuir a la normalización de una cultura del cuidado. El cuidado no es exclusivamente una categoría sanitaria. Para nosotros, debería ser la categoría ética desde la que dar sentido a nuestra labor educativa: hacernos cargo los unos de los otros y también de la creación, para construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad (mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2021). En ese mensaje, nos recuerda que la doctrina social de la Iglesia es la fuente que nos proporciona un rico patrimonio de principios, criterios e indicaciones del que extraer la “gramática” del cuidado: la promoción de la dignidad de toda persona humana, la solidaridad con los pobres y los indefensos, la preocupación por el bien común y la salvaguardia de la creación. ¿Un currículo para la ERE?
Feliz año nuevo.