200 años, 100 años… y siempre con la educación y con la Escuela Católica.
La educación marianista, a propósito de la celebración del congreso "La Iglesia en la educación", se siente invitada a participar y contribuir, con todos los actores de la educación católica, en la invitación de la Conferencia Episcopal a profundizar en la misión educativa de la Iglesia
En 1824 el fundador de los marianistas adquiere el edificio en el que tendrá su primera ubicación la Institución Santa María, la más antigua de las instituciones educativas de los orígenes marianistas que sigue viva hoy. El P. Chaminade, en el tiempo posterior a la Revolución Francesa, intuyó que era necesario generar nuevos ambientes en los que transmitir la fe. Esos ambientes eran un determinado tipo de escuela. Para ello, insistía continuamente en una visión de los alumnos en las que se debía, al mismo tiempo, llegar a todos adaptándose a las diferencias, como Dios lo hace, y prestar atención a cada uno que merece y necesita. Ahora puede parecernos una obviedad pero en la época suponía una marcada diferencia. Los educadores y maestros debían tener claro que su objetivo era algo más que la instrucción, era la educación cristiana de la persona. Esto no se podría lograr por los miembros de la Compañía solo, por lo que Chaminade se preocupó desde el primer momento de la formación específica, permanente y cuidada de profesores seglares que ayudarán en la misión. Doscientos años después todo esto nos resuena a realidad actual.

En 1924, se celebró el primer Congreso Nacional de la Escuela Católica. Aquel primer congreso contó con la participación del P. Domingo Lázaro, religioso marianista y gran pedagogo de la época. Él mismo expresó la importancia y el compromiso de participar y hacerse presente en este importante encuentro educativo: “tendremos pues, comenzando en abril, nuestro primer Congreso Nacional de Educación Católica. Deberemos tener una representación conveniente”, así como deja testimonio de la importancia de un encuentro así en este momento: “una cuestión seria. El Congreso Pedagógico ha tenido un valor y una altura considerables, como manifestación de una vitalidad que se ignoraba”.
Cien años después, la educación marianista se alegra de la celebración de un nuevo congreso de la Educación Católica que bajo el título “La Iglesia en a Educación: Presencia y compromiso” nos invita a visibilizar la riqueza de la escuela católica, así como seguir actualizando la misión que la educación católica siempre ha tenido: inspirados por la fe queremos ofrecer la mejor educación integral posible, acompañar a cada niño y a cada joven en su desarrollo integral, desde el respeto a la singularidad, para la construcción de proyectos de vida con sentido; y educar para la construcción de un mundo mejor.
Doscientos y cien años después, la educación marianista quiere seguir estando ahí, mostrando su compromiso con la educación y con la Escuela Católica y deseosos de poder decir como el P. Domingo Lázaro: “El Congreso pedagógico fue la manifestación de una actividad inmensa por parte de los católicos en materia de educación”. Ante unos tiempos complejos, como los de hace doscientos y cien años, la educación marianista nos sentimos interpelados por esta llamada a la unión de todos los que participamos de la educación católica y a hacer de este encuentro un lugar común de personas unidas por una misión conjunta. ¡Allí nos vemos!