Carlos Esteban: la Iglesia está poniendo en valor su presencia en la educación no formal y la educación especial
Con la celebración de los primeros paneles, centrados en el voluntariado, tiempo libre, educación especial y otros proyectos culturales, se ha iniciado el itinerario hacia el congreso “La Iglesia en la Educación” que concluirá en febrero de 2024. Carlos Esteban, director del Observatorio de la Religión en la Escuela, ha valorado positivamente este inicio celebrado en Barcelona y Valencia.
Los paneles de experiencia y participación del congreso de 2024 nos ayudarán a visibilizar en mayor medida la diversidad y abundancia de presencias de la Iglesia en muchos ámbitos educativos. Los colegios y las universidades, por ejemplo, suelen ser realidades eclesiales más conocidas -explica Carlos Esteban-, pero no estamos tan acostumbrados a reconocer la dimensión educativa de tantos y tantos proyectos eclesiales que se desarrollan a diario en los ámbitos de la educación especial, el compromiso por la justicia, el tiempo libre de los niños y jóvenes, el deporte y los diversos escenarios de la cultura, entre ellos, el patrimonio artístico. Pues bien, visibilizar esa presencia educadora de la Iglesia en todos sus ámbitos es el objetivo de los paneles que se han iniciado en Barcelona y Valencia, en la primera semana de octubre, y que recorrerán varias diócesis hasta el último que será en Murcia el 30 de octubre.
Solo este objetivo de visibilizar las presencias invisibles de la Iglesia en la educación justificaría ya la celebración de estos paneles. Pero sus frutos serán muchos más, explica el director del ORE. Constituyen el punto de partida para preparar el congreso que se celebrará el 24 de febrero de 2024 porque, además de la presentación de las buenas prácticas que se presentan en cada sesión, son una invitación a toda la comunidad educativa para participar con sus experiencias y reflexiones, tal como se puede hacer en la web del congreso. Estoy seguro, nos dice, de que las 78 experiencias que se presentan en los paneles se multiplicarán en este mes, pero es necesario la complicidad de todas las instituciones educativas para animar a la participación. Es importante, subraya Esteban, que sean muchas las personas y los equipos que compartan sus proyectos educativos en la web del congreso; con sus propuestas y opiniones sobre los desafíos del compromiso eclesial con la educación en la actualidad, se preparará el trabajo del congreso del 24 de febrero de 2024. Precisamente por esto los cuestionarios de la web preguntan sobre las debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades que perciben actualmente sobre la presencia y compromiso de la Iglesia en la educación.
Por tanto, concluye Esteban, es importante contagiar a toda la comunidad educativa de la necesidad de participar en este proceso sinodal que la Iglesia en España ha comenzado en octubre y que concluirá en febrero. Estoy seguro de que una amplia participación generará redes de colaboración que permanecerán en el tiempo; estoy seguro de que las experiencias que podamos conocer nos inspirarán mejoras y nuevos impulsos a cada uno en su propia tarea. Fortalecer el caminar conjunto de la diversidad eclesial en la educación será un bien en sí mismo que dará frutos.
Preguntado por los dos primeros paneles del congreso, ya celebrados, Carlos Esteban valora muy positivamente que se haya ensanchado la visión del compromiso de la Iglesia en la educación. Que en esta visión incluyamos no solo a colegios y universidades, también a otros proyectos educativos tan significativos y propios del Evangelio como la educación inclusiva y la educación especial; el panel celebrado en Valencia visibilizó solo algunos proyectos que nos emocionaron a todos, pero eran solo 10 experiencias de los más de 400 centros de educación especial de la Iglesia que atienden a más de 11.000 alumnos con diversas discapacidades.
En el primero de los paneles, celebrado en Barcelona, nos explica, pudimos comprobar cómo la Iglesia también está presente en el ámbito de la educación no formal, por ejemplo, con su red de escuelas de segunda oportunidad que conocimos de la mano de La Salle; también se presentaron algunas experiencias que representaban a una enorme cantidad de proyectos de tiempo libre que desde las parroquias, movimientos y colegios acompañan el tiempo libre de miles de niños y jóvenes. La educación transformadora y la inclusión marcan otros proyectos educativos centrados en la educación para el desarrollo humano y la promoción de la justicia; en este mismo sentido podríamos mirar a los más de 370 centros de la Iglesia que cuidan a menores cuya tutela no es posible en sus familias de origen, estos menores son casi 50.000. En este mismo ámbito también se inició la oportunidad de dar a conocer los numerosos proyectos educativos nacidos en la Iglesia que se desarrollan en el deporte y la cultura, según vaya avanzando el mes de octubre irá creciendo el número de estas experiencias compartidas.
En definitiva, concluye, Carlos Esteban, con el inicio del itinerario del congreso La Iglesia en la Educación estamos comprobando cómo toda la comunidad educativa inspirada en la experiencia cristiana se está dinamizando. Una amplia y diversa presencia eclesial al servicio del bien común que seguro se verá impulsada por la iniciativa de este congreso. Solo hemos dado los primeros pasos y ya notamos que algo nuevo está brotando.