Con sabor a Evangelio
El tres de octubre, se firmó en Asís la encíclica Fratelli tutti, del papa Francisco, que invita a encontrar y sostener una nueva forma de vida. Una nueva forma de vida con sabor a Evangelio.
La reciente encíclica Fratelli tutti del papa Francisco no es un tratado de filosofía moral o un ensayo de programa político, tampoco un esbozo de teología práctica para fundamentar el ser-en-el-mundo cristiano. Su carta es una invitación a ser y a encontrar y sostener una forma de vida con sabor a Evangelio. Abarca muchas cuestiones. Es un texto largo y a veces complejo. Avanza circularmente. Cita pocos clásicos, Aristóteles, Virgilio, Cicerón, también el Talmud babilónico, algún autor contemporáneo y varios textos patrísticos. El pensador cristiano más veces citado, siete veces a pie de página, es Tomás de Aquino, tan solo seguido de cerca por Francisco de Asís y Agustín de Hipona. ¿Se trata de una encíclica tomista? En cierta manera, sí, pues Tomás parece ser inspirador constante de la filosofía social que subyace en el proyecto histórico de papa Bergoglio. Para nuestra lectura compartida mensual, me atrevo a entresacar algunas “florecillas” de la carta. Los textos escritos por el Papa para otra ocasión insertos en la carta van sin comillas, pues todos son del mismo autor; cada párrafo indica el número del correspondiente apartado de la encíclica:
- Amabilidad. Es posible optar por el cultivo de la amabilidad. Hay personas que lo hacen y se convierten en estrellas en medio de la oscuridad. De vez en cuando, aparece el milagro de una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia (222 y 224).
- Amistad social. Buscar una amistad social que integre a todos exige decisión y capacidad, un ejercicio supremo de la caridad que es una altísima vocación (180).
- Comunicación. No se puede ignorar el riesgo de terminar víctimas de una esclerosis cultural. Tenemos necesidad de comunicarnos, de descubrir las riquezas de cada uno, de valorar lo que nos une y ver las diferencias como oportunidades de crecimiento en el respeto de todos (134).
- Relaciones de calidad. La tarea educativa, el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente, la hondura espiritual, hacen falta para dar calidad a las relaciones humanas (167).
- Ser pueblo. Si no se quiere afirmar que la sociedad es más que la mera suma de los individuos, se necesita la palabra “pueblo”. Es muy difícil proyectar algo grande a largo plazo si no se logra que eso se convierta en un sueño colectivo. Todo esto se encuentra expresado en el sustantivo “pueblo”, [que] es una categoría mítica (157-158).
Un programa educativo
Parece claro que la encíclica Fratelli tutti propone también un programa educativo, quizá el que pretende el Papa para el pacto educativo global al que convocó. El texto trata de fraternidad, de amistad, de solidaridad y de familia. Hasta 55, 18, 22 y 39 veces respectivamente aparecen estas palabras, aunque la más usada sea “dignidad” o “dignidad humana”, hasta 65 veces. Podía haberlo hecho, pero Fratelli tutti no ha visto necesario incorporar los neologismos “adelfidad” o “sororidad”. Otra carta, la primera encíclica de la historia cristiana, la de papa Pedro, trata también de la fraternidad (“amad a la fraternidad”, 1 Pe 2,17). “Philadelphia” y “adelphotês” son signos de la comunidad, casa o familia de Dios que vivía en la actual Turquía asiática, donde los cristianos de entonces eran una ínfima minoría, a quienes Pedro, o quizá Silvano, dirigió una encíclica. Aunque solo fuesen un uno por ciento, aspiraban a ser signos de un estilo de vida nuevo, el que se vivía en “las iglesias”, “las legítimas reuniones locales de los fieles […] comunidades, aunque sean frecuentemente pequeñas, pobres o vivan en la dispersión, está presente Cristo”, declaró el Concilio del Vaticano II (Lumen gentium 26). El estilo de vida de estas comunidades, Iglesia de Cristo, puede contribuir a la caridad política desde la fraternidad. De esto trata la reciente encíclica del obispo de Roma.