El empeño de educar no es un imposible
Delegación Diocesana de Enseñanza de Oviedo
Decía Freud que había tres empeños imposibles: educar, gobernar y curar.
El Papa Francisco nos ha recordado hoy que el empeño de educar no es un imposible, que está siempre abierto a la esperanza, especialmente en estos tiempos de incertidumbre y zozobra.
El mayor elogio que hace la Biblia de Moisés es que hablaba cara a cara con Dios, como lo hace un amigo. En estos meses de educación a distancia hemos echado de menos poder hablar cara a cara con los alumnos, como lo hacen los amigos. Hemos aprendido que nada sustituye al “directo” del aula. Que decimos mucho más que nuestras palabras. Que nuestra “presencia” es un lenguaje único y lleno de matices. Y que hay una forma “personal” de dar clase, en la que los profesores hacemos nuestro aquello que enseñamos.