Una reflexión ante los nuevos tiempos
Por: Pablo de la Iglesia Kortajarena
Profesor de Religión
(Diócesis de Vitoria)
Como docente de Religión de la diócesis de Vitoria, he de comenzar esta reflexión con la cuestión del belén de Laudio. Los alumnos de sexto de Primaria colocaban el belén, pintado por ellos, en el patio del centro todas las Navidades desde hace veinticinco años. Un grupo de profesores cuestionó la presencia de ese Belén en una escuela pública y “laica”. Lo abordaron en claustro y por mayoría decidieron prohibir instalarlo en el patio. Se comunicó a las familias esta decisión de claustro, que posteriormente tendría que ser sometida a refrendo del consejo escolar. Algunas familias protestaron y comenzaron a recoger firmas en defensa del Belén. Se acudió a la asociación familiar Bagara y esta defendió el concepto de laicidad positiva e inició un debate social sobre la inclusión en la escuela a todos los niveles, resultado del cual el consejo escolar no prohibió la instalación del Belén, sino solo trasladarlo de sitio. En vez de colocarlo en la zona de acceso al centro, que es donde estaba, se colocará en otro lugar del patio. Es decir, se replanteó la idea inicial de sacarlo del centro por el eco social que dicha cuestión generó en la sociedad. Lo sucedido en este caso da idea de la importancia de las asociaciones familiares comprometidas con una educación integral donde todas las dimensiones de la persona, incluida la religiosa o trascendente, tengan cabida en la escuela, como ocurre en la mayoría de los países europeos. Además, en el País Vasco tenemos también la suerte de contar con una plataforma de apoyo a la asignatura de religión (Erelgune) que defiende este concepto de educación integral en todos los foros, tanto en el Parlamento Vasco como en debates con otros sectores de la sociedad beligerante contra la presencia de lo religioso en el espacio público. Espero que en otros territorios del Estado puedan ir surgiendo plataformas de apoyo a la asignatura de Religión (como Erelgune) y asociaciones familiares (como Bagara), pues nos ayudan enormemente en nuestra labor docente.
Una esperanza y una preocupación
Por otro lado, el nuevo currículo de Religión nos ha llenado de esperanza e ilusión, pues está abierto al futuro, enraizado en el presente y con el norte puesto en lo fundamental. La valoración que hace Erelgune es muy ilustrador. Es necesario que este currículo lo conozca no solo el profesorado sino la sociedad misma. De ahí la urgencia por socializarlo al máximo posible, labor en la que muchos de los que hemos conocido la génesis, el desarrollo y el resultado de este proceso abierto y contrastado estamos muy ilusionados. En cuanto a la situación del profesorado de Religión en los centros públicos me preocupa. Como delegado electo por un sindicato en el comité de empresa, reconozco que la situación en nuestra tierra es especial porque tenemos garantizada una estabilidad laboral por convenio colectivo de la que carecen en el resto del Estado. Por ese motivo, estamos colaborando con los docentes de Religión de todo el Estado a encontrar fórmulas que garanticen una mayor estabilidad laboral en el sector. Desde esta realidad, hemos participado en diversos encuentros con el Ministerio, con otros sindicatos y con partidos políticos para buscar una fórmula de consenso que mire a la dignidad laboral, profesional y personal del profesorado de Religión, pues no olvidemos que este personal es empleado público.
Lo sucedido da idea de la importancia de las asociaciones familiares
comprometidas con una educación integral