Nos sentimos convocados y hemos aceptado la invitación. Desde esta ventana sobre la enseñanza de la religión y la perspectiva cristiana de la educación que es la revista Religión y escuela, nos queremos sumar a la propuesta del papa Francisco de unir los esfuerzos por una “alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna”. La clase de Religión, los profesores cristianos y la escuela católica deben, ineludiblemente, proporcionar un camino que facilite el cambio educativo que ha de involucrar a todos. La propuesta del Papa, que se concretará en el evento mundial del catorce de mayo de 2020 bajo el lema “Reconstruir el pacto educativo global”, busca hacernos reflexionar sobre el sentido de nuestra acción docente para que renovemos la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, el diálogo constructivo y de la mutua comprensión.
La educación debe contribuir a reconstruir los vínculos de cada persona consigo misma, con los demás
Algunas conferencias episcopales, algunas instituciones educativas y algunas editoriales católicas (a las que está vinculada esta revista) ya están haciendo pública su adhesión a la convocatoria papal. Lo decisivo no es incorporarse al listado de instituciones que, como si se tratasen de los “ejércitos del Papa”, se apuntan a su iniciativa. Lo relevante es repensar, desde la permanente novedad del relato evangélico, cómo la educación debe contribuir a reconstruir los vínculos de cada persona consigo misma, con los demás, con los más vulnerables, con la “casa común”, con la trascendencia, para sumarnos y sumar a nuestros alumnos y a nuestras instituciones a una alianza que suscite paz, justicia y acogida entre todos los pueblos que componen la familia humana.
Estamos invitados a impulsar aquellas dinámicas que dan sentido a la historia y la transforman de un modo positivo. Ahí estaremos.