Las pildoras como innovación formativa (3)
En el anterior artículo, se abordaron los requisitos para el uso de las píldoras de aprendizaje como recurso didáctico en el aula. Ahora, es momento de analizar qué marco pedagógico fundamentaría su aplicación en el aula y cuál puede ser la estructura básica de las píldoras de aprendizaje.
Marco pedagógico
Siendo conscientes, tal como se expresó en el artículo anterior, que el sistema educativo actual está basado en un método competencial de aprendizaje, donde las tecnologías de la información y la comunicación juegan un papel muy importante, la aplicación de las píldoras de aprendizaje en el aula debe asumir los principios generales de dicho método.
Se sitúan bajo el paradigma cognitivo-constructivista en el que el alumnado, de forma individual o en cooperación, construye el conocimiento bajo la guía y orientación continua del docente. La dimensión pedagógica viene marcada también por una concepción abierta e integradora del diseño curricular, que se percibe como el plan de acción que facilita la planificación y el desarrollo de la enseñanza y que permite describir todos los componentes que determinan el proceso de enseñanza-aprendizaje. El docente puede ir asignando al alumnado aquellos recursos y materiales que considere oportunos, adaptándolos a la realidad concreta de centro y aula, así como al contexto del propio alumnado.
Las píldoras de aprendizaje para la enseñanza del mensaje cristiano deben potenciar un diálogo entre la fe y la cultura. Se contribuye a reforzar no solo la expresión y comprensión oral, sino también la lectoescritura, en la medida en que se potencia el ejercicio en la escucha y lectura de la palabra de Dios. Así, se hace hincapié en los diversos modos de comunicación de Dios con el ser humano y viceversa, a través de distintos lenguajes: el lenguaje bíblico, con su riqueza de expresión y simbología; el lenguaje doctrinal, con su precisión conceptual, analítica y argumental desde el trabajo con documentos oficiales de la Iglesia, encíclicas y, sobre todo, el YouCat; el lenguaje litúrgico, con toda su simbología cristiana; y el lenguaje testimonial, que, mediante el análisis del entorno y el diseño de proyectos de actuación, posibilita la transmisión vital de la fe desde las instituciones escolares. Además, se incorporan a la enseñanza religiosa rutinas de pensamiento, organizadores visuales (de ideas) y otras metodologías activas aplicadas a la Religión.
Igualmente, sería bueno contemplar en las mencionadas píldoras las diferentes modalidades de trabajo: gran grupo (actividades colectivas), pequeño grupo (trabajo colaborativo) e individual (trabajo personal).
A modo de compendio, cabe señalar que en la propuesta de las píldoras de aprendizaje para el área de Religión se aplican los siguientes principios pedagógicos:
- Reconocimiento del rol del docente. El docente es la pieza clave en la elaboración e implementación de actividades de aula ajustadas al grupo concreto. Su formación resulta, por tanto, fundamental a la hora de garantizar el éxito del proceso de aprendizaje.
- Adaptación al ámbito emocional y cognitivo del alumnado respetando el desarrollo psicoevolutivo propio de cada etapa. Esta atención permitirá combinar de manera adecuada lo concreto y lo abstracto, el trabajo individual y el grupal, lo manipulativo, experiencial y visual con los aspectos conceptuales.
- Respeto por los ritmos y estilos de aprendizaje del alumnado. No todos los estudiantes son iguales, no todos aprenden al mismo ritmo ni utilizan las mismas estrategias. La atención a la diversidad y el desarrollo de la inclusión comienza en la asunción de este principio fundamental.
- Consideración de la dimensión humanista. Todos los aprendizajes estarán al servicio de la formación humana. La asignatura de Religión, desde su clave personalizadora, requiere que todo tipo de aprendizajes, ya sean instrumentales, cognitivos, actitudinales o socioafectivos, no se consideren un fin en sí mismos, sino que estén al servicio de la formación integral del ser humano.
- Respeto por la curiosidad e inquietudes del alumnado. Consideración de los intereses y expectativas del alumnado, así como de los conocimientos previos, de manera que se garantice un aprendizaje significativo.
- Seguimiento de los criterios de evaluación educativa. Para facilitar el cumplimiento de estos principios metodológicos, se aplicará una evaluación continua, global y formativa a lo largo del proceso de enseñanza y aprendizaje; y sumativa al final del proceso, de manera que se evalúe el nivel de logro alcanzado. La evaluación objetiva garantizará una valoración adecuada de la dedicación, esfuerzo y rendimiento de todos los estudiantes.
- Desarrollo del aprendizaje en equipo y/o cooperativo. El estudio y reflexión del cristianismo, por su dimensión comunitaria intrínseca, es una asignatura adecuada para desarrollar el trabajo en equipo y el aprendizaje cooperativo.
- Utilización educativa de los recursos tecnológicos, aspecto que ya se ha mencionado en párrafos anteriores.
Teniendo en cuenta estos principios, las píldoras de aprendizaje tienen cabida en la programación didáctica del área y pueden encajar perfectamente. A continuación, se muestra cómo aplicar las píldoras de aprendizaje en la realidad del aula.
Aplicación de las píldoras en el aula
Las píldoras de aprendizaje pretenden constituirse como una ayuda para el docente a la hora de ofrecer la asignatura de Religión de forma rigurosa, sistematizada, pautada, etc., además de amena y entretenida. Mediante un aprendizaje interactivo y participativo, el alumnado pasa por un proceso de construcción del conocimiento y crecimiento personal.
Esto no implica un esfuerzo extra por parte del docente, ya que se mantienen todas las fases que el profesorado debe seguir antes de impartir una clase, como son la programación didáctica de aula junto con la temporalización de las distintas unidades que se trabajan en cada curso, por ejemplo.
El proceso de elaboración comienza con una idea general sobre el modo de acometer o trabajar algún contenido curricular o práctica educativa (habitualmente, basada en alguna de las denominadas metodologías activas). A continuación, se planifican y diseñan las actuaciones y estrategias que hay que poner en práctica (propuesta didáctica). Posteriormente, se implementan estas acciones y se concluye con la evaluación y reflexión sobre lo aprendido.
Para ello, es importante que al final de la píldora se plasme una actividad o recurso a modo de resumen o refuerzo de dichos aprendizajes.
Siendo así, estas son las etapas para la aplicación de las píldoras de aprendizaje en el aula: planificación, actuación, observación y reflexión.
Planificación
El docente debe tener claro el contenido curricular que se desarrolla en la píldora. Debe ser amena, distendida y con un orden dentro de la unidad didáctica como componente de la programación de aula. Por ello, suelen contener ilustraciones, gráficos o pequeños vídeos de corta duración.
Resulta importante conocer una estimación del tiempo que supone desarrollarla en el aula. De la misma forma, es necesario etiquetar la píldora para que se identifique con cierta claridad cuál es el contenido que se va a encontrar en ella.
Es necesario recordar que la programación didáctica debe trabajar la totalidad de los contenidos, criterios de evaluación y estándares de aprendizaje que componen el currículo de Religión para cada nivel escolar. Las píldoras de aprendizaje deben especificar qué elementos curriculares son los que se abordan en su desarrollo didáctico para facilitar su inserción y contextualización dentro de la programación de aula.
Todo ello supone unas herramientas para facilitar la organización, planificación de las sesiones y su puesta en práctica en el aula.
Un posible esquema para esta etapa en la aplicación de las píldoras de aprendizaje puede ser:
- Nivel. Curso o nivel y etapa escolar.
- Título de la píldora. Nombre o título.
- Descripción de la píldora. Breve descripción donde aparezca cuál es el contenido principal y cómo se va a trabajar principalmente (secuencia de imágenes, análisis de caso, elaboración de un determinado producto, resolución de un problema, etc.).
- Palabras clave. Listado de palabras clave que aportan una idea más amplia de los contenidos que se abordan en la píldora.
- Tiempo estimado. Dedicación aproximada (en minutos) que se calcula para trabajar con la píldora en el aula.
- Metodología. Técnica o metodología en la que se basa.
- Elementos curriculares. Referencia a los distintos elementos curriculares: contenidos, criterios de evaluación, estándares de aprendizaje y principales competencias que se trabajan con la píldora de aprendizaje.
Actuación
El uso y aplicación de las píldoras supone el desarrollo y propuesta de diferentes acciones a realizar antes, durante y después de la actividad propuesta. En la fase previa (el antes) se recopilan los conocimientos previos de los que ya dispone el alumnado. Se pueden plantear preguntas para crear un debate, presentar vídeos del papa Francisco o sobre contenidos relacionados con la unidad didáctica que se trabaja, documentos eclesiales, referencias al YouCat, textos bíblicos, artículos sobre noticias o información de organismos oficiales. En la fase de aplicación (el durante), se explicita la propuesta concreta para trabajar el recurso principal.
El docente puede aportar pautas para un mejor desarrollo de la actividad, orientar hacia la consecución de soluciones, información o recursos de utilidad para el alumnado, estrategias sobre el modo de enfocarlo o algún apunte sobre el tema, en este caso, basado en documentos eclesiales, encíclicas, Catecismo de la Iglesia católica o cualquier otro recurso que contenga la doctrina cristiana.
Observación y reflexión
La última fase (el después) debe contener actividades para obtener un mejor rendimiento del aprendizaje adquirido y para consolidar esos conocimientos: elaboración de productos como aplicación de lo aprendido (murales, presentaciones, juegos, “campañas de”, manualidades, organizadores gráficos, rutinas de pensamiento, mapas conceptuales, videos, resúmenes, frases con lettering por ejemplo, esquemas, metacognición, etc.). Este tipo de actividades provoca una identificación y reflexión sobre el aprendizaje, ya que se debe aplicar para algo concreto y ponerlo en práctica.
Sentadas las bases para el uso de las píldoras de aprendizaje como recurso didáctico en el aula, el marco pedagógico que las fundamenta y su estructura básica, el siguiente paso consiste en la presentación sobre cómo desarrollar una experiencia de innovación educativa diseñada a partir de dichas píldoras, cosa que acometeré en próximos artículos, donde se ofrecerán modelos para facilitar su aplicación en el aula.