Carlos Esteban: mayoría absoluta en las elecciones sobre la clase de Religión
Un derecho fundamental
Ante los datos publicados por la Conferencia Episcopal, Carlos Esteban valora positivamente que el 57% de los estudiantes de nuestro sistema educativo haya elegido Religión Católica en este curso escolar 22-23. Y añade que, a estos porcentajes, hay que sumar siempre los que han elegido Religión Evangélica y Religión Islámica, que son cifras significativamente menores, pero igualmente valiosas.
Esteban explica que es comprensible que los primeros análisis se centren en datos cuantitativos, y que en esas primeras valoraciones el descenso en la elección de la ERE sea el dato más llamativo y destacado. Pero subraya que hablamos de un derecho fundamental de las personas, en este caso de las familias, por lo que los datos no son los que otorgan el derecho, más bien son consecuencia de un derecho fundamental que debería mantenerse en democracia, aunque las cifras porcentuales fueran mínimas.
Preocupación por la fragilidad de la asignatura
Ante el descenso de un 2,8% del alumnado de Religión, respecto del curso anterior, Esteban se muestra preocupado, sobre todo porque es una tendencia que se mantiene en los últimos años. Pero dice comprender esta tendencia por dos motivos. El primero, porque es la consecuencia planeada de una política educativa que debilita la asignatura de religión y a su profesorado; son ya muchas las reformas que marginan la enseñanza de las religiones, por tanto, estas consecuencias eran previsibles y son innegables. En este curso se ha implantado la LOMLOE que vuelve a debilitar la consideración académica de la asignatura recortando los efectos de su evaluación y suprimiendo una alternativa curricular para los que no eligen Religión. Además de estos argumentos, que ya conocemos de la LOGSE y la LOE y que ahora se han repetido con la LOMLOE, los retrasos en la publicación de los nuevos currículos, por parte de las Administraciones, ha generado demasiadas dudas al inicio del curso. Toda esta política genera un estado de opinión y acaba por golpear a la enseñanza de la religión.
Hay una segunda razón que, según el profesor Esteban Garcés, también explica este descenso cuantitativo, sobre todo si se toman como punto de partida los datos sociológicos de la dictadura, tiene que ver con la pluralidad actual. Es necesario reconocer y apreciar la creciente pluralidad y diversidad de la sociedad, una realidad positiva en sí misma que, lógicamente, conlleva un ajuste de porcentajes en la radiografía social de la realidad. Construir una sociedad plural y diversa supone un lógico reequilibrio de porcentajes en la radiografía sociológica de la realidad religiosa que hay que saber acoger.
Una asignatura y un profesorado necesitados de estabilidad
El análisis de los datos y su interpretación confirma, una vez más -asegura Carlos Esteban-, que estamos ante la urgencia de encontrar mejores soluciones políticas para la estabilidad de la enseñanza de la religión y también para su profesorado. La persistente impugnación de la clase de Religión y del trabajo de sus docentes, por parte de algunos sectores, empieza a ser una grave desconsideración hacia el derecho de las familias que eligen libremente esa asignatura cada año y también es una creciente injusticia hacia la dignidad del trabajo profesional y bien realizado por parte de miles de profesores de Religión. Creo sinceramente, concluye Esteban, que ni las familias ni los profesores merecen esa permanente descalificación. Es necesario superar esta situación con soluciones más cívicas.