Las enseñanzas religiosas en el sistema educativo: ¿qué y cómo nos aportan?
Desde que en 1978 cambiara la ordenación del sistema educativo español, y acorde a la transformación deshomogeneizadora que se dio en la sociedad, la manera de entender la enseñanza de las religiones cambió, pasando de una concepción confesional, catequética, fruto de etapas no democráticas, a una visión más cultural, plural y diversa, característico de un mundo globalizado y heterogéneo, en constante cambio y contacto. Una evolución inevitable que nos ha traído hasta la actualidad. En este sentido, y conscientes de que la sostenibilidad de las enseñanzas de las religiones pasa por continuar esa vía de apertura, se vuelve indispensable seguir profundizando en el análisis crítico y académico de estas enseñanzas para ahondar y reivindicar las contribuciones educativas que pueden aportar, desde su identidad, a los futuros de la educación y a los desafíos compartidos.
Con la vista puesta en esa finalidad es por la que nace en 2019 el Observatorio de la Religión en la Escuela, un programa de la Fundación SM que busca ser un referente e “inspirar los futuros de las enseñanzas de las religiones, para contribuir a la formación integral de las nuevas generaciones; para comprometerse con el bien común y la ciudadanía global con sentido; y, en definitiva, para sumarse a la construcción de la casa común”, como señala en la página web del Observatorio (cf. www.e-sm.net/206267-13) el propio director del programa, Carlos Esteban. Presentado oficialmente el Observatorio en mayo de 2022 en el Colegio Oficial de Docentes de Madrid, el evento, en un claro intento de plasmar los valores interculturales abanderados, reunió a representantes de las cuatro religiones monoteístas: Sara Lobato (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España), Raquel Pérez Sanjuán (Comisión Episcopal para la Educación y Cultura), Ihab Fahmi (Comisión Islámica de España) y Luna Font (directora del colegio judío Ibn Gabirol); además de contar con las intervenciones de Enrique Caputo Rivera (presidente de la Unión Budista de España), Ariana Pérez Coutado (Fundación SM), Antonio Roura (director de la revista Religión y escuela) y el citado Carlos Esteban, quien moderó la sesión.
Construir sociedades de convivencia
En la primera parte del evento, tomaron la palabra Antonio Roura y Ariana Pérez Coutado. Tras una breve presentación, Pérez Coutado leyó unas palabras de Mayte Ortiz Vélez, directora de la Fundación SM, que remarcó que, después de cuatro décadas de programas de formación y actualización docente, la conclusión común es clara: “Los protagonistas de la clase de Religión valoran muy positivamente la asignatura, y los valores, saberes y competencias que se desarrollan a través de ella”. Algo que, en sus palabras, justifica que el compromiso por la educación integral y de calidad incluya la promoción de la enseñanza de la religión. Por su parte, Antonio Roura recordó que “la diversidad cultural y religiosa se experimenta en todos los países y caracteriza y define a nuestras sociedades”. Ante ello, los “alumnos, arraigados en diferentes cosmovisiones, religiosas o no, tienen el derecho a ser educados desde el respeto a su propia identidad y deben construir en el marco de una ciudadanía compartida sociedades abiertas y respetuosas con la sociedad”. Por ello, dio gracias a las religiones que quieren hablar el lenguaje escolar y dio gracias también a aquella escuela “que quiere acoger la diversidad religiosa para formar, crear pensamiento y seguir construyendo sociedades en las que, sin renunciar a nuestras identidades, todos podamos convivir”. Asimismo, Carlos Esteban, director del Observatorio, insistió en que, “en este contexto sociocultural, es muy necesario un nuevo tiempo humanista. A eso apuntan algunas iniciativas internacionales y en eso converge nuestra propuesta para la clase de Religión”. En este sentido, destacó que las religiones no deben ser excluidas de la escuela “porque contribuyen al bien común. El Observatorio quiere aportar evidencia e investigación con datos empíricos para no llegar tarde a la cita de cómo tienen que ser las religiones del futuro”.
Jornada interconfesional
En la segunda parte, se dio la palabra a los representantes de las religiones presentes en el acto, que coincidieron en destacar la importancia de este tipo de formación en el ámbito educativo para promover en los niños y jóvenes valores de convivencia, autopercepción y relación con los demás y con el entorno.
Sara Lobato, de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, habló sobre el currículo de Religión Evangélica, enfatizando en la importancia de la enseñanza religiosa para fomentar el respeto mutuo, “que es un concepto superior a la tolerancia. Respeto implica reconocer todos los aspectos positivos de formas de pensamiento diversas y complementarias. Por eso hay que reivindicar la dimensión social de la educación religiosa, no se puede relegar ni delimitar al ámbito doméstico únicamente”. Por su parte, Raquel Pérez Sanjuán, de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, se centró en el currículo de Religión Católica, valorando positivamente el modelo competencial. Sin embargo, aseguró que no se reconoce el espacio suficiente a la enseñanza de las religiones. Por ello, destacó que “es necesario entablar un diálogo para la escuela: necesitamos un espacio de reconocimiento del otro en su diversidad. Este es un desafío para la sociedad, que debe ser abordado también desde los valores y principios del ámbito religioso, porque pueden aportar mucho”.
A continuación, Ihab Fahmi, de la Comisión Islámica de España, expuso el currículo de Religión Islámica, destacando que más de dos millones y medio de personas practican esta religión en España desde que se firmara el acuerdo con el Estado hace treinta años. La conclusión tras estas tres décadas es notoria: “La convivencia entre valores compartidos por las distintas religiones es muy enriquecedora”. Luna Font, directora del colegio judío Ibn Gabirol, habló de los valores y las tradiciones del judaísmo en la escuela y, por último, el acto se cerró con la intervención de Enrique Caputo Rivera, presidente de la Unión Budista de España, quien agradeció la organización de actos como este para visibilizar otras confesiones que aún no han logrado el encaje legal que deberían.
Un nuevo tiempo
El Observatorio de la Religión en la Escuela y su presentación interconfesional se suman a una sensibilidad cada vez más extendida que, como señalábamos, busca repensar las tradiciones educativas religiosas a partir de sus contribuciones cualitativas. Eventos así, como indicaba Antonio Roura en su presentación, son muy importantes “para el encaje escolar de las enseñanzas religiosas”. Es necesario proponer un nuevo tiempo para las enseñanzas de las religiones, “en el que dejemos atrás los estereotipos y las intransigencias para construir, de verdad, la diversidad social y cultural que también incluye la diversidad religiosa. Se trata de hacer posible una nueva etapa para la enseñanza de las religiones en la que su relato sea más pedagógico y menos jurídico; más de preocupación sincera por lo educativo y menos ideologizado; más de inclusión social y menos de discriminación; más centrado de la humanización y menos en la propaganda; más tolerante y menos fundamentalista; de más comprensión y menos descalificación; también de pleno reconocimiento de los derechos laborales de sus profesores” (Carlos Esteban, “Clase de Religión 3.0”, en Religión y escuela 353, 16). Es una realidad en el resto de los países europeos. ¿Qué y cómo nos pueden aportar a nuestro sistema educativo?