Un himno para los profesores de Religión
Los profesores de Religión ya tienen un himno, compuesto por Unai Quirós…, que puede ser también el himno de los alumnos de Religión.
Unai Quirós es profesor de Religión en Educación Infantil y Primaria y además es músico, cantante y compositor que ha usado siempre la música coma herramienta docente. Y ha compuesto el himno del III Congreso del Profesorado de Religión Católica de Andalucía, organizado por la Secretaría Técnica de Enseñanza de los Obispos del Sur y las Delegaciones Diocesanas de Enseñanza de Andalucía y que se celebrará en Granada el 19 y 20 de noviembre de 2022. Su título: “Una asignatura para el siglo XXI”.
Una canción alegre y esperanzadora
El estribillo recalca que «Somos docentes enviados a anunciar la Buena Noticia, que Jesús es la verdad. Somos semillas, esperanza, somos luz para las familias, nuestra infancia y juventud». El videoclip de la canción está elaborado con ilustraciones de Patxi Velasco Fano, dibujante también malagueño, que además es el autor del logo del Congreso. En la letra de la canción se incorporan los elementos principales de este logo han sido incorporados a la letra de la canción.
El autor dice: «He querido transmitir en este himno que ser docente de Religión Católica es mucho más que una profesión, es un modo de ser, de existir y, sobre todo, de estar en la Escuela. Es un envío renovado a anunciar la Buena Noticia de Jesús. Todo ello se refleja con un lenguaje actual que Fano muestra ya en el cartel del Congreso. En definitiva he procurado que sea una canción alegre y esperanzadora, animando a todos los docentes de Religión Católica a que nuestra hashtag sea siempre la cruz».
La canción
Docentes de Religión
Para entender la realidad,
para vivir con corazón,
para saber a dónde vas,
dale “like” a Dios.
Es nuestra misión sin tregua.
Somos docentes enviados a anunciar
la Buena Noticia: que Jesús es la verdad.
Somos semillas, esperanza, somos luz
para las familias, nuestra infancia y juventud.
Descargo, reenvío
su Amor con gratitud.
Comparto, mi hashtag
es la cruz de Jesús.
Somos docentes enviados a anunciar
la Buena Noticia: que Jesús es la verdad.
Somos semillas, esperanza, somos luz
para las familias, nuestra infancia y juventud.
Somos enviados por amor,
somos la Buena Noticia,
esperanza, somos luz
para las familias, nuestra infancia y juventud.
Unai Quirós
Trabajar con la canción
- A raíz de la letra, también nosotros podemos responder: ¿Cuál es nuestra misión es? ¿Cómo la llevamos a cabo? ¿Qué dificultades tenemos?
- ¿Qué y cómo hacemos que nuestros alumnos entiendan la realidad, vivan con corazón, sepan a dónde van?
- ¿En qué puedo traducir lo de “descargo, reenvío su Amor con gratitud”?
- ¿En qué sentido como “somos semillas, esperanza, somos luz para las familias” y para los niños y jóvenes? ¿Cómo lo podemos ser más y mejor?
- ¿Con qué imagen de las que van apareciendo en el videoclip nos quedamos?
- Al final aparecen de nuevo los símbolos del cartel agrupados de dos en dos en torno a las palabras “trascendencia, evangelización, revelación, misión”. Comentamos los símbolos y las palabras y lo aplicamos a los profesores de Religión.
- Que escuchen la canción nuestros alumnos: ¿Qué nota nos darían según el retrato que en ella se hace del docente de Religión y según como actuamos nosotros?
- Pedir a los alumnos que hagan otra letra con la misma música, pero referida a los alumnos de Religión. Ojo: téngase en cuenta que la letra del último estribillo cambia respecto a los anteriores, aunque no aparece en la transcripción oficial de la letra.
- Difundir el himno: que suene en encuentros de profesores de Religión en otros momentos y en otros lugares.
Ser profesor de Religión, lo mejor
Recomendamos releer la última columna de José María Martínez Manero –profesor de Religión que fue y que levantaba pasiones entre sus alumnos y hacía brotar en ellos las preguntas y respuestas más vitales y profundas– en Religión y Escuela (“Por ellos”, RyE, 364, noviembre 2022, p. 9), en la que entre otras cosas dice:
«[El padre la novia en una boda –que era psiquiatra– me] soltó la pregunta: “¿Y profesor de Religión por qué?” ¿Cómo condensar en respuesta breve casi medio siglo consagrado a la escuela? “Por ellos”, le dije. En los momentos más duros, que no fueron pocos, y en los más dulces, siempre se me aparecían aquellos adolescentes en el momento de su gestación, o recién nacidos, cuando sus padres vivían para ellos los más grandes y mejores sueños. Ninguna asignatura como Religión (y he dado otras) se puede permitir el lujo de mantener esas expectativas intactas, y superarlas, incluso cuando la decepción les ha ido royendo o están destruidas del todo. Ninguna como Religión para llevarlas más allá de lo imaginado. Los propios alumnos eran prueba fehaciente, gloriosa, cada vez que vivían un pequeño alumbramiento. Lo ratificaba la alegría resucitada de unos padres testigos del pequeño gran milagro: “¿Qué pasa en Religión que mi hijo no para de hablar de ella?”».
No todos somos como José María, pero podemos seguir intentando llegar a serlo. ¡Merece la pena!