Todos los santos
Griegos y romanos, que tenían muchos dioses y diosas identificados con nombre propio y con historia, es decir, con leyenda, temían desconocer o haber olvidado a alguno y, en consecuencia, sufrir alguna trágica reprimenda de su parte.
Así que elevaron y dedicaron algún altar “al dios desconocido”. En los Hechos de los Apóstoles (17,23), se relata…
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